Capplannetta y la intimidad

La intimidad es un tren que se me escapa o el mismo tren del que me tengo que tirar en marcha. Inútil es escaparse de la gran verdad de la tierra. Cuando los amigos se van me dejan arrinconado en este, mi hogar. La intimidad es necesaria para hombres y mujeres. La intimidad es un valor en alza. ¿Estamos solos de aburrimiento? Pues detrás de las cortinas, detrás de las paredes hay una especie de intimidad a la que hay que acostumbrarse, como la soledad, o como el descanso a salto de mata. Intimidad es la linde entre Libertad y desnudez. Hay un misterio en aquello que no se conoce. La intimidad de los zoológicos, de los parques temáticos, la intimidad tras un biombo, la intimidad y el pensamiento oscuro son parte del mismo racimo de prolegómenos de naturalezas de gentes libres. Un hombre o una mujer, no juegan al mismo naipe de intimidad. Las casas y los apartamentos de cristal están repletos de ojos que anticipan la eterna prisión del que no puede olvidar. En este mundo de locos y libres hay pisos patera sin intimidad. Aunque el apartamento te descubra la eterna paz y el equilibrio momentáneo. Se es libre cuando eres un niño, pero la adolescencia es el desarrollo a la madurez que en el vecindario se hace televisión ambiental y radio que podrían mimetizarse en una razón de vértigos. Tenemos intimidad porque hemos nacido inocentes. La verdad, si es que existe en este mundo, es ficcionar el sentido y lo que no te vuelve loco te hace vulnerable. A veces es notorio sentirse observado ante tanto misterio y vínculos con la alegría. Mi consejo es que en compañía en intimidad ames e intenta ser alegre. No te abandones a la fantasía de los locos pensamientos. Tal vez habría que preguntarse ¿es necesario tener un cuarto propio? La habitación es un lugar donde se duerme, pero también es un lugar de vida gozosa. Laberintos y abismos, naufragios y fermentación, soledad ignorante y un grande letargo para el que paz suplica. Todos queremos ser libres, pero hay muchas maneras de ser libres. La crudeza de la vida es difícil para casi todos. Ahorrar en banca rota, cosa imposible, pero en la intimidad existe un No rotundo que dan los banqueros cuando ven tu intimidad económica. Intimidad, es una distopía que difiere entre ambos mundos.