Las deudas eternas de Capplannetta

En algunas ocasiones lo escrito a corazón abierto se puede utilizar en tu contra. Me ha pasado muchas veces. Lo llaman hacer concesiones. Y hacer concesiones ante algunas personas puede ser utilizado como artillería pesada contra uno mismo, y eso no es lo peor, lo más fuerte es que lo pueden usar en tu contra gente muy cercana. Escribir en el lugar que ocupa la realidad siempre hay una víctima, y puede que seas tú como escritor, o familia cercana sin ser culpables de nada. Cuando abres tu corazón crees escribir para consuelo tuyo o el de los demás y lo que consigues es que se vuelva en tu contra como arma arrojadiza. No hay literatura sin experiencia, y no hay experiencia sin vivir la vida, y no hay vida para contar si esta no está barnizada con un barniz de sinceridad, quizá demasiada sinceridad, tal vez te equivoques. A veces las personas nos dejamos de engañar contando la verdad y lo que se consiguen son golpes bajos que te debilitan y te hacen vulnerable. Contar la verdad o ponerle un poco de realismo al asunto es a veces un campo peligroso. Resulta perjudicial para tu propia dignidad el contar cosas íntimas, pero también es íntimo tocar temas que involucran a otros, y ahí es cuando te empañas de un vaho traslúcido que hace opaca esa realidad que pudiera ser cristalina. Es evidente que sin cierto pudor, o rozar la ficción es importante. Pero cuando escribes sobre un motivo real ahí si tienes que ser escrupuloso y guardar ciertas distancias. Sin duda la literatura es un diálogo entre autor y lector, y cuando te ves en camisa de once varas ya sea por tu buena fe, incluso por inocencia, puedes caer en el barro piernas adentro. Y ese fango te deja inmóvil y desnudo total.

Capplannetta suicida

En el sótano del barrio donde viven mis padres hay una plaga de cucarachas. Han venido unas cuantas veces los fumigadores a fumigar el subsuelo. Como esas cucarachas yo tengo cierto parecido. Ojalá vinieran a fumigarme a mí y a mis sosias una mañana y extinguirnos de una vez por todas. Parece fácil la vida de single, pero eso hay que vivirlo. La soledad tiene de bueno en el sentido de libertad, pero nadie quiere estar solo. Yo he pensado tantas veces en el suicidio que me imagino como sería si me ejecutara a mí mismo. Mi madre lloraría tanto que a ciencia cierta sé que se volvería loca. Mi padre sería como si lo castraran y perdería el apetito por la vida con lo que le gusta estar con sus nietos. Mis hermanos también llorarían. También la gente que me quiere. Imagino mi funeral y sería una canción triste que todavía no me he atrevido a entonar. Para la gente que me conoce y me quiere soy una persona creativa y algo distinta. El suicidio es algo en lo que he pensado cientos de veces, pero siempre me echo para atrás. Me gusta la vida a pesar de…la vida para mí es una broma pesada ya que mi naturaleza conmigo no ha sido generosa ni gratificante. Cuando más pienso en el suicidio más me atrae vivir. No quiero hacerlo, porque puede haber días mejores. Pero los días malos son un pozo del cual no puedo salir. Acabar con todo de una puta vez, pero me falta valentía. No quiero que este post acabé en tristeza, pero para mí la vida es lastre y en cuesta arriba. Como para la mayoría. Cuando me cure de mi problema quiero vivir la vida. Probar lo que merece ser probado.