Capplannetta es un guerrero del fracaso

Una mujer no sólo busca sexo teniendo un compañero. Una mujer quiere todo el monto. Quiere un hombre que comparta las tareas del hogar, que se la follen bien todos los días, y sobre todo quiere un manitas. Por eso será que ninguna mujer me ha querido por esas razones. Me han querido para pasar las lentas tardes de domingo. Y me han querido sabiendo que no soy un manitas, en cuestiones de electricidad, fontanería, y un largo etcétera, soy un inútil. Más inútil que un vaso de güisqui entre las manos como dijo en su momento José María Fonollosa. A todas partes donde viaje tengo que llevar mi botiquín personal. Pues la mujer que me quiera, que no me quiera por mis defectos, más bien que me quiera por mis virtudes. Si la literatura es una virtud a la que tan poco se frecuenta. ¿Quienes se van a acercar a mi persona por un poema? ¿De qué sirve la poesía? Para mí la poesía es una manera que tengo de que se me quiera por poeta, y no por loco, tampoco por mi pasado. Odio esa gente que se proclama poeta porque han ganado algunos concursos. La poesía es un arma cargada de pasado. El día 23 de abril asistiré a un festival de poesía. Ahí tendré que defender mis poemas. Aunque la poesía no sea una competición, hay envidia y algún guerrero del fracaso que es mejor omitir ahora.