Capplannetta y Federico

Yo admiro muchísimo a Federico García Lorca. Pero huyo de ser un epígono que lo imite. También he leído a Leopoldo María Panero y no quiero que me tachen de poeta loco. Aunque lo sea. Pero no quiero.

De Federico lo he leído casi todo, y entre la grandiosidad de Lorca me he ido, o él me ha conducido hacia otros autores. De Federico tengo de parecido mi pasión por los gitanos, gitanos buenos, aunque nunca pretendí equipararme a él. Sin lugar a dudas, no tengo ni tendré su éxito universal. Pero aunque algunos lo cataloguen de cursilería, yo no lo veo así. Lo veo un poeta y dramaturgo valiente. Por eso acabó cómo acabó. Es muy difícil ser como Federico era, sería una bobería por mi parte. Pero tardará mucho tiempo en nacer un andaluz como Federico. Federico es el poeta del cante jondo, del Romancero Gitano. Es autor de La Casa de Bernarda Alba y de Bodas de Sangre.

Una vez leí que decía Herman Hesse que Goethe era el príncipe de los poetas alemanes. Yo esa categoría se la daría a Federico, pero como poeta universal. Lorca era de Granada, de Fuente Vaqueros. De la Vega granadina. Yo, aunque me hubiese propuesto ser como Federico, estaría como una cabra. Ya que soy todo lo contrario a García Lorca. Era músico, era flamenco, y Federico está más vivo ahora que en su vida sin dinero y tanta lucha por hacerse famoso y lograr coronarse en el Parnaso. Federico ha sido representado en una obra llamado Una noche sin luna donde el gran Juan Diego Botto hace muestra de su talento interpretando a Lorca. Hay una anécdota que habla mucho de Federico y sus ocurrencias: Federico y Neruda llegaron a la estación de un pueblo rural para realizar un recital. Y no los recibieron. Y alguien que los esperaba les dijo perdonen por no reconocerlos pero no tienen apariencia de poetas. Y Federico le contestó: Es que somos de la poesía secreta. Cosas como esa, y muchas más hacen de Federico alguien divertido. Yo soy lo contrario (repito), ya que no soy ingenioso y no voy a llegar a lo que Federico ha llegado en el mundo de las letras.

Con este escrito dejó constatado mi fervor por lo lorquiano aunque no pretenda ni ser ni escribir como Lorca. Cosa imposible. Pero siempre que lo leo hallo luz en la larga madrugada de mis días de Nocturnidad.

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