Capplannetta y las bases insumisas

Si pretendes escribir en serio poesía tienes que hacerle la pelota a todo periodista cultural, también a críticos y poetas que todo lo saben. Pero ahora estamos en una balanza donde si escribes elogiando, como si escribes para ganar concursos, tu gesta será imposible. Pero un poeta, por el hecho de ser premiado, o reseñado por algún famoso intelectual, conociendo el nepotismo bárbaro que existe en el mundillo literario, acabarás por hacer favores no correspondidos, y la mayoría hará oídos sordos, eso, si no te vapulean en la crítica o reseña que esperas para vender tu libro. He conocido gente que para vender en Amazon se ha creado distintos perfiles y cuentas para poner varios comentarios que incrementen las ventas. Yo no quiero ganar placas de ganador o finalista, o terceras menciones injustas porque odio los concursos y en el gran libro Singularidades de Vicente Luis Mora define bien cómo es la cosa, aunque lo necesite (el dinero de un premio) no voy a ir de trepa pidiendo favores a quienes no se lo merecen. No es resentimiento, es pura lógica andar ninguneando aquello que bien se conoce. Lo esencial en la escritura es escribir bien, ya que es una carrera a largo plazo que algunos abandonan.

Es un halago ganar un premio con todo lo que eso conlleva, y también una responsabilidad. Muchos ganadores de primeros premios en ciertas ocasiones acuden a la falsa modestia, unida esta, a la falsa humildad. Pero una pregunta: -¿No es verdad que existen tantos libros que hace de esto un galimatías que permite un agravio elitista? Los suplementos culturales han sido reducidos a escribir reseñas o entrevistas a poetas o escritores que tienen alguna influencia con el periódico. O escriben artículos o tienen estudios superiores, y eso me provoca cierto sinsabor. Ganadores de premios literarios son algunos epígonos de pacotilla. También se da el caso de chovinismo en dos vertientes, la una, nepotismo dedicado absolutamente a gente del país, y también ocurre con escritores reconocidos que se contradicen. Según el país donde se encuentren y le hagan la entrevista de rigor dicen una cosa u otra, y se delatan ellos mismos a través de un criterio cínico. Es hacerse el interesante con opinar y al mismo tiempo, un merodeo al chovinismo masturbador. Aunque lectores de grandes editoriales tienen un gusto literario con cierto sesgo personal que te diferencia.

Capplannetta y las editoriales necesarias

Acabo de leer una entrevista realizada a Elena Medel (que guía el rumbo de la editorial La Bella Varsovia) y el otro día vi el documental sobre mujeres poetas Se dice poeta (21 poetas nacidas entre 1974 y 1990) y me parece fenomenal que las mujeres publiquen poesía buena. Voces como Raúl Quinto, Unai Velasco y el jovencísimo poeta Mario Obrero van a publicar o están ya publicados en La bella Varsovia. También Luna Miguel y Marta Sanz. Considero que esta editorial ha realizado una cosa estupenda dentro del gran abanico de la poesía contemporánea española. Editoriales como .Visor, Aguilar, y Calambur y otras editoriales más han ejercido un liderazgo que define o pone en tela de juicio el poco riesgo para publicar a poetas de cualquier edad o género, incluso nada conocidos. La adquisición de La bella Varsovia por el poderoso sello Anagrama anticipa el buen estado de salud que tiene la poesía española. Anagrama que ha publicado en su catálogo narrativa y ensayo, vemos ahora que apuesta por la poesía. Esto a mí me parece excepcional. Pero existen editoriales como Ediciones Vitruvio o El Gallo de oro que tienen un catálogo atractivo. En Ediciones Vitruvio, que lleva publicando poesía desde 1995, siendo una editorial seria y que no guarda ningún atisbo de temor a la hora de publicar a diferentes voces del panorama poético actual, al igual que El Gallo de Oro, que también publica a escritores noveles. En Ediciones Vitruvio hay autores de poesía jóvenes y no tan jóvenes. Incluso se publican clásicos de la poesía internacional. Pablo Méndez (editor y poeta) ha estado siempre vinculado al nuevo presente poético, ya que como Elena Medel, y otros editores han optado por la poesía fresca y novedosa. En el catálogo de Vitruvio encontramos a Alfonso Berrocal, a Manuel Lacarta, a Eugenio Rivera, y autores conocidos como Luis A. De Villena, Carmen Conde, Justo Jorge Padrón, Nicolás Guillén, Antonio Gala y Jimmy Giménez Arnau. Pero es en mujeres donde debe ser rico un catálogo. Y el de Vitruvio lo es publicando a poetas como Ana Vidal Lagares o Isa Pérez Rod, Rosa María Echeverría y a poetas actuales ya adultos como Pedro Alcarria y Javier Olalde, entre otros. Cabe destacar que han ampliado el catálogo a la narrativa y al ensayo con gran entusiasmo. Y debido al COVID han hecho presentaciones de libros de poesía mediante videoconferencia al que se han apuntado la mayoría de editoriales. La pandemia ha incrementado las ventas de libros y esto quiere decir que las editoriales especializadas en poesía han visto mercado atractivo en Latinoamérica. También en otros países del continente europeo. Para mí es un motivo de alegría que la poesía vuelva a tener la relevancia que merece. No creo que llegue a términos como la narrativa o el ensayo, pero podemos albergar esperanzas en que el lector se declina por la poesía, y lo más maravilloso es que las mujeres tengan el merecido reconocimiento que ellas merecen actualmente.