
Llevo ya varios años sin interesarme en tener una relación seria de pareja. El primer pretexto sería porque no me siento capacitado. El segundo porque soy un gato escaldado. Si me preguntan a qué es debido les diría por unas cuantas razones personales. Pero la que más pesa en mis principios es la de no hacer daño a nadie que no lo merezca. Vivir en soledad tiene sus pros y sus contras. Aunque la independencia que se tiene es una delicia. Poco a poco voy volviendo al Capplannetta que siempre fui. Quizá ya no sea atractivo físicamente, pero estoy tranquilo. Ya no tengo que aguantar tonterías de nadie que no me quiera. Yo sé querer si me saben querer. Y todo esto viene a colación de que estoy en el dilema de tener o no tener pareja estable o dedicarme por entero a la literatura. Las dos razones son compatibles, pero ha cambiado mucho el hecho de encontrar pareja, ya que si no estás bien, la persona que comparte el día a día contigo tampoco estará bien. Hoy encontrar una pareja es someterte a vivir con todo lo que implica compartir y entregarse, y yo, que me gusta la libertad, prefiero vivir a mi aire sin dar demasiadas explicaciones. ¿Capplannetta busca una pareja para compartirlo todo o no busca por cuestiones de supervivencia? No sabe, no contesta. Volvemos como siempre a la casilla de salida. A mí me motivan cosas que pueden ser compatibles con el hecho de tener pareja, pero mi paz, esa paz que busco y aparece de vez en cuando, me hace volver a empezar de cero. Me gusta escribir, pero eso no es óbice, el motivo verdadero son mis costumbres en total sesgo con mi vida extraña. Tengo hábitos de vida que esos sí son incompatibles con el hecho de tener pareja estable. Soy una persona con costumbres extrañas. Compartir tu vida de pareja conlleva a vivir para dos, el amor es cosa de dos, y en compartir las tareas del hogar, además de la economía, y otras cosas materiales. No es que sea un egoísta pero mi vida conlleva detalles que son distintos a los de una chica normal. Yo no los llamaría malos hábitos, los denominaría como vida peculiar. Una vida muy distinta a la de muchas, o la mayoría, de personas civilizadas. Por ejemplo, escribo cuando me apetece, no trato de escribir por escribir, lo que sí es cierto es que la lectura, escuchar música y ver cine, son el combustible intelectual de un escritor. Hay hombres que son unos perfectos maridos, yo no he sido buen marido, y ser marido normal implica una vida de sacrificios que no estoy dispuesto a llevar a cabo. Hubo un tiempo en el que fui feliz en pareja, pero el egoísmo y otras situaciones no eran aceptables, ni por mi parte ni por la de ella. Una pareja feliz es la que comparte y lleva una vida sacrificada, ya que no todo depende de ti, también se debe tener en cuenta tu pareja.
La vida en pareja exige compartir TODO y en el momento que uno se tiene que sacrificar por el otro la convivencia puede ser una tortura.
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Estoy de acuerdo contigo. Eso quiere decir que o te entregas entero o no lo intentes siquiera. Yo fracasé.