Capplannetta y los amigos verdaderos

He tenido suerte en la vida con respecto a las amistades. Soy hombre de pocos amigos, pero mis amigos empezando por el señor de Bidaxune y siguiendo con Juan Herrada Sabio, tengo un amigo al que no veo, le llamamos Ferretero, ya que tuvo una ferretería pequeña y allí íbamos a hacerle compañía. Después está mi amigo Pablo Méndez, que es amigo, mi editor y un poeta excelente. La vida pone en tu destino alguna china en el zapato, de la cual, si sigues andando te tropezarás. Pero si optas por la soledad y las amistades verdaderas siempre agradecerás al azar como parte de una certeza que ha sido beneficiosa para tu camino. Tengo amigos con los que estaría toda una vida, incluso les invitaría a mi mejor güisqui. Pero existen conocidos que no invitaría ni a un café. Yo puedo resultar tóxico, pero lo que me conmueve es que no es que yo haya elegido a estos amigos verdaderos, sino que ellos también me aceptaron como parte de su vida de infortunios, desventuras y también para los momentos buenos. Tengo amigos con la cabeza tan bien amoblada que tienen hijos con padres orgullosos, ese, es el caso de mi amigo Juan Herrada Sabio. Es gran padre, un buen hijo, y aunque no seamos aficionados al mismo equipo y diferimos en ideales políticos, somos amigos nada interesados. Dedicar un libro es una cosa seria. Yo he dedicado libros y portadillas a amigos de verdad, otros, quizá, no lo merezcan tanto, pero siempre puedo llamarles para lo bueno como para lo malo. Los mejores amigos son aquellos que pasas un rato agradable, que saben encajar cualquier embate, y son amigos para siempre. Esto me recuerda a la banda sonora de los Juegos Olímpicos en Barcelona 1992. La canción rumbera del grupo Los Manolos, Amics per sempre.

Capplannetta y la hipoteca

El planteamiento de esta sociedad consumista y capitalista es la nueva esclavitud de este siglo. Estoy dejándome mi juventud atrapado por la banca. La banca es necesario que se nacionalice por completo. Como yo hay muchas personas así. Te pasas la vida pagando una hipoteca para después sea motivo de escarnio para tus progenitores, y algunos casos, para tu descendencia. Se puede salir sin dinero, aunque el tío vivo de esta era de especulación y de austera economía es precepto que les conviene a políticos y bueyes inversores. Yo, a mí modesta opinión, creo que vivimos una vida de mes a mes y de cosas que no nos podemos permitir. La lucha de clases se debe a que los ricos son cada vez más ricos y los pobres siguen su brecha de lucha en las elecciones. ¿Pero de qué sirve votar? Los amos del mundo son la banca internacional y los paraísos fiscales. Conozco gente muy tocada por el tema de la economía y de las plataformas de ventas por Internet. El imperio no es un país. El imperio es el gran capital y las grandes economías. Yo estoy hipotecado y vivo como mejor puedo. Austeramente. Ojalá se nacionalizaran las empresas eléctricas y de servicios, además de la banca, y la mentira de los seguros. Todo es una manera de ganar dinero. Unos se conforman y votan a la derecha, pero para ser de izquierdas es, sin duda, la manera que tenemos los pobres para vivir nuestra vida con necesidades básicas y precariedad. Desde la llegada del Euro todo se ha redondeado en precios y en un marketing corrosivo, ya que los precios van al alza, y los pobres no podemos vivir en una vivienda decente a menos que nos hipotequemos. Vivimos una vida precaria, inhumana.