
Los troyanos son como una visita no deseada. Todos van en busca de incautos y de analfabetos cibernéticos. Capplannetta vino a casa de sus padres porque se sintió indispuesto debido a una reacción tóxica por un producto de limpieza. Quería recuperarse, sólo le pedía a sus mayores que lo dejaran en paz, él mientras tanto escribiría para sus webs. Molestaría lo menos posible, y siempre oculto, como si de un hikikomori se tratara. Anocheció y durante una larga noche de invierno se quedó despierto como tantas veces hizo en su propio hogar. Le llevó su madre comida a la habitación, le dijo su madre: -come, que tienes mala cara. Le cerró la puerta con sigilo, no quería la mujer hacer demasiado ruido. Comió y se quedó dormido con la música encendida, la música se cortó como por arte de magia. Cuando despertó pudo comprobar que su móvil estaba invadido, infectado por un troyano. Le querían hacer phishing, entonces comenzó a actuar apagando y encendiendo su móvil y su laptop. Esa experiencia ya la vivió en su casa en otras condiciones. Le asaltó un cuadro de diálogo, una alerta informándole de una operación fraudulenta de su banca digital que él no había realizado. Apagó el celular, apagó también la laptop, y se fue sospechando de alguna casa aledaña, figuraciones como fantasmas que creaban en él una ansiedad junto a cierta impotencia, ya que no podía luchar contra eso, entró en una dinámica de tensión que contagió a la paz de sus padres. Se decía seguro de sí mismo: -en este lugar debe haber alguien que estaba infesto de troyanos. Le dijo a su madre: -Han estando intentando ejecutar operaciones bancarias sin mi permiso en mi móvil. Su madre le insinuó: -No, hijo. Eso es parte de tu enfermedad. No pienses mal de nadie. Y él contestó: -No mamá, estoy prácticamente seguro de que han estado intentando robar en mi cuenta bancaria. La madre dio a su hijo por enfermo, y no quiso hablar más del tema. Los locos siempre serán locos, se dijo afligido, siempre tienen la razón aquellas personas que no muestran ni una pizca de resentimiento aunque sean unas víctimas. No quiso crear más alarma, al final todo era como crear castillos en el aire. Se dio por vencido y se marchó, desconectó el wifi de casa y durmió todo el día, él hacía años vivía como ave nocturna.