Capplannetta cuando cambian las cosas

Yo no sé en qué momento ni en qué lugar cambiaron la percepción que yo tenía del mundo. Intuía que el mundo guardaba un secreto en las criaturas noctámbulas. Pero jamás pensé que fuera la quinta esencia de la metafísica que hacía y daba justicia a la esclavitud de los hombres. Los hombres pueden ser esclavos de sí mismos. Recuerdo ahora a mi tío, trabajador incansable, toda su vida en una furgoneta porteando andamios y materiales de la construcción. Y aún así siempre tenía su chispa de alegría que con ella encendía los corazones ajenos. Mi tío era un hombre hecho a sí mismo. Tenía nombre de rey mago, debe ser por eso que se pasó la vida regalando lo metafísico y lo material. Siempre me acordaré de mi tío. Tenía unos ojos azules como un zafiro, e hizo el servicio militar en el Sahara. Eso me hace recordar mi otro tío, que hizo el servicio en Guinea Ecuatorial. Los dos grandes hombres. Trabajadores hasta la extenuación, generosos, y los dos tartamudeaban. Uno de mis tíos ha muerto el día de su cumpleaños, qué caprichoso puede llegar a ser el destino. Cuando cambian las cosas en tu interior también cambian a tu alrededor. Es la piedra filosofal de la vida. Que la tierra les sea leve, todo lo leve posible. Y que allí donde se encuentren hallen una vida de paz. Mi abuelo y mis dos tíos han muerto por la misma causa los tres, infarto de miocardio. Debe ser que tenían los tres un gran corazón. Es difícil acatar la muerte. Aunque fueron pobres y sencillos tuvieron una vida a veces no agradable. Pero eso es la vida para todos en general. Algo de lo que fueron en vida quedará en mí. Y siempre los recordaré con cariño. 

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