Para Capplannetta se acabaron los lamentos

Para mí ya se acabaron los post victimistas, y los lamentos donde llueve sobre mojado. También el hecho de contar anécdotas e historias que no importan a nadie. Cuando te ocurre algo que no entiendes redundas y redundas como si andaras por un desierto. Ya existen demasiados escritores que han escrito sobre sus pormenores y sus frustraciones sin percatarse tal vez que cansan. Aunque muchos de ellos lo hayan escrito con cierto simbolismo y elegancia literaria. Para mí ya se acabaron los gritos en el calabozo, los lamentos que sólo me consuelan a mí. Estoy obsesionado quizá, o tal vez haya llegado a un punto de vergonzosa postura que me incomoda. No soy el que era, pero eso le ha pasado a casi toda la humanidad que anda por la Tierra. Me quejo de los pocos lectores que tengo, pero yo sólo me encargo de espantarlos. Pero mi vida no es divertida, pero tampoco quiero dar pena. Me doy cuenta que me hago pesado yo mismo, no me lo tiene que decir nadie. Mi propuesta es escribir en menor grado pero escribir de cosas interesantes. No, para mí no resulta interesante mi estado psíquico, ni tampoco mis desengaños ya sean amorosos o de cualquier otra índole. Pretendo escribir entorno a las cosas que me gusten o me llamen la atención. Existen otros blogs mejores que no hacen hincapié en el ensimismamiento, que es ese mi caso. Les pido disculpas. Mejoraré conforme vaya leyendo, conforme vaya experimentando, y a medida que vaya viviendo. La tarea de bloguero no es fácil. Y muy pocas veces he desarrollado un tema sin poner como principal derrota mis devaneos con las drogas y otras miserias emocionales. Prometo esforzarme. He tenido la gran debilidad de aparentar vacuidad. Y eso es precisamente lo que la gente prefiere omitir, no quiero cansar.