Capplannetta y el camino de sorpresas

Esta vida es una cadena de sorpresas que van unidas unas con otras. Las primeras sorpresas son en la infancia y la adolescencia, ya que vas vislumbrando racimos de misterios conforme vas pasando con cara de asombro. En segundo lugar, son las sorpresas que vas cogiendo en el camino, tanto en experiencias y amores, algunas de ellas te dejan mal sabor de boca, y en otros momentos son como un elixir que no esperábamos. Yo creo que focalizando la vida se puede definir entre esperanzas y sorpresas. Hay momentos de falsas esperanzas que van unidas a sorpresas posteriores. Hasta la muerte es sorpresa, todo está influenciado por la vida que comenzamos y la muerte que se espera. Entre esos dos paréntesis se resume la esencia de vivir. Luego, mientras transcurre la vida, esperamos a la sorpresa, esa dulce sorpresa que muchas veces no es tan dulce, y es pura tragedia. Es aconsejable actuar antes que la vida te sorprenda, pero si fuerzas a las sorpresas de la vida ciertos acontecimientos, o vestigios de una esperanza marchita, tal vez nos dé la vida lo que no esperábamos que sucediera. Se debe vivir tranquilo sin esperar nada a cambio después de una buena acción. La sorpresa es parte del destino, y si la forzamos probablemente nos decepcione, o no llegue a ser sorpresa grata. Se debe de encajar lo malo de lo peor, al igual que lo bueno de la verdadera alegría. Y digo alegría, ya que decir felicidad es algo muy sobrevalorado. Vivamos la vida tal y como nos venga, sin esperar la tragedia y sin forzar la sorpresa grata. La vida es para no pedir el milagro, el milagro viene sin esperarlo y sin llamarlo. Pero la verdad es que todos esperamos el milagro.