Capplannetta extraña la prisa vegetal de los jardines

Un día que yo pernoctaba, por la cara exterior de los jardines, vi águilas junto a caballos, vi botánica pura entre las entrañas del hombre, y vi la luna, luminosa y bella, astros que comenzaban en la aurora, y una prisa en todos ellos, que no ha de ser verdad del cielo todavía. Cuando Adán nacía desde el barro hacia las espigas, cuando Adán era soledad y un nudo desnudo que lo intuía, cuando Adán era épico sin lograr ninguna batalla, mientras dormía, qué sabrá el mundo cuando Adán dormía. Nació toda Ella, la Venus desde una costilla que fue engarzada por los manzanos, que fue calma, y por ello todas las cosas. En el lugar preciso y a la misma hora, nacía Eva de labios violeta y pezones negros de mundo. Un mundo que se evoca entre multitudes, lugares vegetales donde el día es noche. Entre los frutos del hombre se prohíbe lo que más misterio pretende. Amor, Adán, amor, de tu costilla soy fruto, confía en mí pues soy carne de tu carne, se hizo la noche en el paraíso y se fue la prisa vegetal de los jardines de Eva. Se hizo pedregal el paraíso, lamentable del oprobio de Eva sin saberlo Adán que pecaría la vida eterna. Te lo advirtieron, pero el fruto del amor tendrás que sudarlo, con el sudor de tu frente. Preámbulo menor de las estirpes y las razas. Pudo Adán por despecho culpar a Eva, pero la fuente del amor es un fruto que al primer bocado se ríe, una serpiente todavía no es digna de miedos. Los miedos empezaron tras el manzano prohibido, prohibidas hay mil cosas, Dios no es quien nos delata.

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