
Cuando le dices a alguien que eres apropiacionista te miran como un bicho raro, o sea, un intruso. Pero si además añades que eres outsider, que tú arte es outsider (repito) se quedan perplejos. Y si encima les dices que escribes ya te llevan al centro de salud psiquiátrica de tu distrito. Y si en eso no tenían bastante, y les dices que eres poeta, ya sí que la has cagado hermano. Con Leopoldo María Panero pasó una cosa. Vivía en los psiquiátricos como intento de escribir su interesante obra, pero Leopoldo María usaba a los psiquiátricos porque no tenía dinero como para costearse un piso pequeño. Pasó mucho tiempo en el psiquiátrico de Mondragón, en el País Vasco. Y otro ejemplo de apropiacionismo es el de Agustín Fernández Mallo, que escribió un remake sobre la obra de Jorge Luis Borges El Hacedor y su esposa María Kodama mandó quitar todos los ejemplares de El Hacedor. La cuestión apropiacionista no es sólo motivo de derechos de autor, se debe ser meticuloso. Que hagan apropiacionismo con una obra mía sería motivo de orgullo. Mis cosmonautas la mayoría son descargados de Pinterest, aunque también lo hago de Pixabay, Me molesta mucho aquellos que ponen la c de copyright en algún texto, y aún más si el texto no vale nada, es de risa. Yo en estas webs donde pongo poemas ajenos, poemas propios, pensamientos y anécdotas le pongo el copyleft. Sólo pido un requisito, que mencionen la fuente de donde encontraron el texto, o la ilustración. Cuando me veo como apropiacionista a veces pongo mi logo, que es una c de copyright con la abertura hacia abajo, y la € de Euro mirando también hacia abajo. Creo en el software libre, pero no gratuito, también como y me visto.