
Ayer criticaban por Twitter el hecho de contar intimidades. Tengo que decir que si pusiéramos en una balanza las realidades que cuento frente a las que me callo, ganaría por goleada las cosas que me callo. En este mundillo literario hay mucha envidia, mucho nepotismo. No diré nombres, pero muchos escritores de mi generación se sienten dioses y hacen entrever la patita de cordero y no hay ni siquiera una vanguardia, un grupo literario, que no tengan su parte de envidia. Ahora hay sellos de renombre que cobran para que te publiquen. Pero cuando digo renombre no me refiero a Alfaguara, Anagrama, Seix Barral, y muchas que hay por ahí que no te dejan meter un pie si no es por un agente o que ha vendido mucho en otra editorial. El mundo editorial carece de apuestas arriesgadas, y existen editoriales que si no hay dinero de por medio no te publican, también hay editoriales que imprimen pero también piden dinero, aunque sea una cantidad ínfima. También las hay que son un negocio porque pagas tú mismo los costes de publicación y te prometen que van a pasarlas por correcciones, y un montón de promesas, que más bien son malabarismos. Y sus impresiones son bajo demanda. Tampoco diré nombres, pero esta clase de editores intrusistas publican desde ediciones sobre Dios, o los cuentos de calleja o los monográficos de El Caso. A mí me da igual, pero según mi editor esta clase de editoriales perjudican al sector. Debo decir que desde el Siglo de Oro hasta la generación del 27 y los nueve novísimos ha habido competitividad y siempre la habrá, incluso entre conocidos. El mundo literario ahora está reinado por féminas. Las mujeres están hartas del patriarcado, ya no leen a los escritores del Boom, ni siquiera a autores masculinos que sean atractivos. Las mujeres de hoy van al grano. Van directamente al postre. Por eso es importante que el mundo editorial se componga como un mosaico. Hay escritores que dicen odiar a los escritores que acuden a frases hechas, que no lo soportan, sin embargo escriben sobre otros escritores, que son la misma cuestión pero como no los conoce nadie puede hasta que las frases del autor sean inventadas. Incluso los biopics de hoy tienden a ensalzar al protagonista y en otros lugares lo ensalzan en plena caída libre. Sean rigurosos y guarden la distancia de seguridad.