Capplannetta y sus planes de lectura

Estoy enfrascado en varios proyectos a corto plazo y también otros a medio plazo, pero no puedo hablar de ellos hasta que estén por publicar. Seguramente los publique en Ediciones Vitruvio si Pablo los acepta. Pero tengo que leer y ponerme al día, leyendo es como salen las buenas ideas, y además, sabes qué camino tomar y cuál no. He emprendido un camino en solitario y no es que me guste mucho, pero sigo creyendo que escribir tiene mucho de solitario. Sólo la soledad y una tablet basta para crear historias, o también para crear post como éste y los demás que escribo, que suelen ser como píldoras contra el mal de altura, o sea, el soroche inoportuno que a las personas con un ego pedante y pretencioso molestan. Hay muchas clases de escritores, y cada uno va a lo suyo. Yo no critico a nadie, espero que nadie me critique a mí. Pero me he dado cuenta que los escritores con estudios superiores ven como intrusos a los que no hemos aprovechado estudiando. Aunque a veces hay amigos sin mucho ego que te sorprende con un correo. No hay cosa que más me guste que recibir un correo esperado. Con el Internet la gente escribe y en algunos casos se nota si han sido estudiosos o merecen ser estudiados como especímenes de la ortografía Whatsapp y derivados. Yo jamás criticaría a alguien mayor porque escriba con faltas ortográficas, pero a un joven que haya tenido la oportunidad de ir al colegio y no sepa escribir bien sí que merece una colleja. Yo escribía en mayúscula porque no sabía poner tildes, pero ahora sin necesidad de corrector he aprendido, y es que todo se aprende. Se empieza por rellenar cuadernos con poesía mala, te pasas a la tablet para tenerlo en un procesador de textos y sigues pensando que tú poesía sigue siendo mala. Yo tengo algunos o demasiados poemas horribles, pero no se puede llegar a ser un escritor hasta que no te has leído a muchos clásicos, y también a los contemporáneos, para aprender de errores que pudiste tener y consigues verlos de otra manera nueva, o también para estar en la vanguardia de escritores que tienen relevancia. O sea, mejor dicho, que escribas no significa que escribas bien, la literatura es una carrera de largo recorrido. Se debe ser oportunista, como también observador. Y a veces tienes que ser parco en palabras para ciertas susceptibilidades.

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