comentarios y apreciaciones sobre la poesía de «Poemas con Nocturnidad» y de «Media foto de los dos» por Manuel Lacarta

Cuando vuelva a escribir otro poemario debo de realizar bastantes lecturas, tanto de poetas clásicos como contemporáneos. La gente cuando está deprimida se vuelca en la poesía, ese también fue mi caso, aunque de manera casual, sin ir a buscarla la encontré, la poesía se cruzó por mi camino. Debo de leer más poesía tan sólo por el hecho de saber por donde tengo que ir y por donde no. Un poeta amigo, llamado Manuel Lacarta me ha hecho la siguiente crítica: 

Hola, mi amigo Cecilio Olivero. He estado leyendo tus dos libros a ratos, que es como se debe de leer la poesía. En uno y otro percibo mucho de rap, en lo rítmico reiterativo, rima, recitado rápido, y son libros, sí, modernos. Veo que no abusas de la retórica o juegas con ella, y en el fondo de ellos está ese suprarrealismo -surrealismo- con Huidobro ahí, al fondo. Los sonetos -aunque parezca disparate- me recuerdan al Gerardo Diego de «Amor solo», que es el libro menos Huidobro de Gerardo. Interesante mezclar prosa y verso, es decir, «prosimetrum», que es como se llama al asunto. A veces me chocan algunas palabras raras, que me resultan forzadas e innecesarias. Me gusta, claro, ese rurún de lo urbano, que yo hice mío desde «Reducto», en 1977. En fin, sobre tus libros: muchas cosas hablaremos despacio, supongo, «cara a cara». Respecto a lo mío, cuelga cosas, comparte en las Redes. Gran favor que me haces, sí. Abrazo grande. 

M. L. 

Las críticas hay que aceptarlas, sean buenas o malas. Pero yo he leído a Huidobro y no guarda relación mi poesía con la suya en nada. No me gusta la estética creacionista. Lo del rap es cierto, y algunas otras cosas que recalca son verdad. Los sonetos no sé si se parecen a Gerardo Diego. No lo he leído. Yo diría de mi poesía que sí, moderna es, pero no sigue ninguna intención de surrealismo y tampoco suprarrealismo. Pero bueno. Se debe de leer a muchos poetas para llegar a ser auténtico, y a veces ocurre que leyendo a otros tienes cierta tendencia a ser epígono. A cada cual lo suyo. De verdad tengo que dejar de publicar tanta poesía rimada. 

Capplannetta y su editor

Pablo Méndez es un excelente poeta, además de un editor intuitivo y valiente, y no digo esto porque sea mi editor y amigo. Pablo me ha demostrado una integridad como persona y una honradez como editor de las que muchos debieran aprender. En realidad sólo lo conozco de haber hablado muchas veces por teléfono o vía email, pero hablo con él desde junio del 2020, y ya ahí me pareció un chico agradable y debo decir que lo puse en un compromiso, pues le propuse que llamara a mi madre, ya que mis padres siempre han dudado de mí relación con la poesía. Este logo que ven en este post se lo hice como agradecimiento tras lidiar con él otros momentos posteriores a aquel día de junio y también para que tuviera un logo Ediciones Vitruvio, aunque él es sencillo y rehuye de extravagancias y de sofisticados delirios de grandeza, aunque es un hombre sensible y moderno. Él es un clásico en lo particular, tiene buen gusto, aunque ese gusto es propiamente sencillo, pero eso no quita que no sea buen escritor, ya que te puede escribir sobre grafología (es un gran conocedor de la materia), como te puede escribir libros a cuatro manos con ilustraciones, libros sobre la pandemia vivida en Madrid con una prosa poética con ternura y con verosimilitud, y tiene libros de poesía que son joyas, verdaderas obras maestras. Este hombre sencillo y amante de la poesía ha conocido y conoce a grandes poetas que, como él, son grandes lectores y admiradores de clásicos de la literatura hispanoparlante. Pero Pablo además los publica. Ha publicado a clásicos y a poetas que están empezando. Y yo tengo el privilegio que me ha publicado un poemario y me publicará una novela poética dentro de poco. Es un excelente orador. Trabajador incansable y leal a sus poetas, tengan estos las edades y realidades que tengan. He dicho anteriormente que le diseñé el logotipo que muestro, aunque en realidad le diseñé unos seis tipos diferentes. Al otro día, día después de habérselo enviado por email, le dije: -Pablo, ¿te han gustado los logos? Y me contestó: Sí, gracias, los tengo en el archivo, algún día los usaré. Y le aclaré: -Bueno, los hice para distraerme y tal, y Pablo me contestó conciso: -Tú lo que tienes que hacer es escribir. Y a mí que me dijera Pablo Méndez, poeta y editor de Vitruvio, que me pusiera a escribir me gustó, más bien me halagó. Porque debo decir que Pablo es un gran lector. Y yo, pobrecito de mí, me sentí halagado y orgulloso de que él me lo dijera. Y aquí me tienen, escribiendo este post. No para hacerle la pelota, dicho de una manera vulgar, sino porque sí, porque lo dijo Pablo. Así, sin más. Debo decir que desde que publico en Ediciones Vitruvio estoy como un niño con zapatos nuevos. Contento y orgulloso de pertenecer a este parnaso de poetas maravillosos que es Vitruvio. Chapó por Pablo Méndez.