Capplannetta en las RRSS

Ando en muchas redes sociales pero no interactúo en ninguna. Pongo algún Like o retwitteo pero no pongo mensajes de ciento cuarenta caracteres. Comparto, twitteo mis enlaces a mi web/blog y los tengo entrelazados entre sí, pero en todo momento sé cuando lo publico y donde lo publico. No me gusta programar publicaciones, salvo en casos especiales. Tengo muy pocos seguidores pero sigo a mucha más gente de la que a mí me sigue, por supuesto. En Facebook tengo gente conocida y a otros que no conozco nada, soy de la manera de pensar de que por el hecho que tenga a alguien agregado a una red social no voy a hablar con él, aunque a veces sí lo he hecho, la mayoría de las veces para pedirle un cuestionario. Los escritores, salvo contadas excepciones, son gente muy cercana a los desconocidos, aunque no lo parezca, las RRSS han hecho a la gente más próxima y se han acortado distancias entre la gente famosa y la común. Ahora conozco más detalles de escritores que leo con normalidad y han roto el muro aquel que te hacía creer que todos o casi todos los escritores eran unos bichos raros. A veces he comprado libros en las librerías influenciado por las RRSS. Las considero importantes y necesarias. Se puede tener polémica con alguien (si interactúas; no es mi caso, repito) y también se puede hacer crítica constructiva, como también halagarlos o hacerles la pelota. Ahora las voces son más enérgicas, tanto política como socialmente. Es obvio, son redes sociales. Yo siempre doy Likes a gente cercana a mi manera de pensar, pero eso no quita que yo sea un fanático o entre en el totalitarismo más hostil y repugnante. Todo tiene un límite, todos los excesos son peligrosos.

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