Capplannetta un 20 de marzo

Hoy dicen que meteorológicamente entra la primavera, y tan sólo llevamos un millón de vacunados contra el COVID-19. Eso en España y somos 47 millones de personas. Pero fuera de vacunas, y estaciones esperadas para mí es un día hoy muy especial. Y no sólo por lo mencionado anteriormente acerca de la primavera, también por otras cosas que no diré, pero lo que sí que diré que tengo preparada la versión redonda y completa de Cibernética esperanza, la segunda edición. Estoy muy ilusionado, ya que le he dado un giro a la historia de 180 grados y me gusta como ha quedado. Esta obra ha pasado por distintas fases, las más difíciles han sido las horas de buscar editor, cosa que odio, pero al final tiene su lugar en una editorial que me gusta. No diré nada sobre ediciones pasadas, pero todo proceso de escritura tiene una base de aprendizaje, y también de ordenar las ideas tras bajones y subidones que no me gustan. Aunque esto no es un viaje en Montaña Rusa, es un periplo que te asegura toda una lucha para reencontrarte con ese libro que quieres publicar y quiere hacerse un hueco en los demasiados libros que se publican a diario. Con esta editorial estoy muy contento (repito), aunque debo tener harto al editor con tantos cambios que he realizado antes de que me manden las pruebas (primeras galeradas), después vendrá lo más importante, corregir la obra y no dejar ningún cabo suelto que nos sorprenda cuando la obra esté en imprenta, una vez ahí ya no hay vuelta de hoja. Ya les mantendré informados de cómo va el proceso. No es porque sea mía, y está mal que yo lo diga, pero la recomiendo. Es un buen trabajo recomendable.