Bendito serás, Capplannetta

Bendito serás Capplannetta, porque perdonaste, aunque no supieras esperar, perdonaste. Bendito serás Capplannetta porque en tu Agnus Dei incesante no te rendiste, ni te revolcaste en el barro de la ira. Bendito serás, aquí en la tierra, en la llanura, en los lagos y en la mar eterna. Te consagrarán el nombre los benditos como tú. Bendito serás cuando cantes desde tu balcón, cuando llores de alegría, cuando digan tu nombre en los altavoces porque hubo una vez un niño perdido. Dejarás un legado de páginas de efluvios vapores de gracia. Bendito serás Capplannetta porque descartaste partir a la batalla, porque no eres un fanfarrón resentido, porque perdonarás esta vez y un millón de veces, porque no pondrás la otra mejilla, porque lucharás como un bendito día a día, aunque te partan la cara, aunque te pisoteen la correspondencia, aunque te nieguen verdad, serás adicto al lenguaje de los ecosistemas que tengan estos sol, tengan luna. Porque serás bendito, ya que fuiste bueno, fuiste generoso, fuiste verdad y fuiste sueño que nace desde la estrella de oriente. Serás bendito porque tus versos y tus escritos no son un arma de doble filo, ni una plegaria que rezan los vanidosos, serás bendito porque en tus esperanzas hay luz, aunque sea una luz anaranjada, anaranjada y tenue, tibia, templada, pero que crece, como crece el amor De Dios, ya que por el amor a un mundo de iguales entregaste tu inocencia de niño sonriente. Porque en ti no hay maldad, en ti no hay desprecio. Serás bendito porque diste paz, diste placer, diste bondad y diste compasión. Los ángeles y los luceros de la noche te abrirán la puerta de la bendición, porque fuiste leyenda viva, porque todos conocen tu corazón rojo. Serás bendito como los enfermeros de los hospitales, los benditos religiosos, por constelar la dicha con amor. 

Capplannetta y el video club 351

Siempre que iba al vídeo club 351 me encontraba con una sorpresa satisfactoria. Por ejemplo, el tipo que era dueño del vídeo club me había calado según el gusto que yo tenía acerca de películas que me gustaban. Me recomendaba todo lo que él veía y encajara con mi perfil. Perfil que conocía bien por su gran instinto y su larga experiencia, ya que era un extraordinario cinéfilo. Tenían a un chico trabajando que se llama Antonio (hace años que no lo veo) que era un chico gay y muy agradable, pero el dueño era quien me aconsejaba cine tanto español como extranjero. Tenían una buen fondo de películas, también alquilaba pornografía y películas de acción francesas, americanas y de muchos países más. En aquella época yo videé mucho cine, había comprendido que la calle no tenía nada nuevo que ofrecerme y preferiría ver cine bueno, también en menor grado leía, pero ya digo, en menor grado. Cuando una película te fascina y estás cómodo viéndola no quieres que ésta se acabe, y te gustaría que durara horas, pero yo creo que una película de dos horas que sea buena está muy bien. Podría enumerar varios títulos que me han dejado estupefacto. Había directores como Bigas Luna, y otros tantos más españoles que me fascinaban, por ejemplo, Vicente Aranda, encuentro su cine de muy buena calidad, como también Jaime de Armiñán y su película El Palomo cojo, sobre una novela de Eduardo Mendicutti. Con respecto al porno debo decir que siempre he sido en mi época de soltería un gran aficionado. Era muy joven, y entonces valía la pena meneártela, ahora soy mayor, y además de no apetecerme la pornografía, compruebo que no tiene sentido la masturbación. Es un acto que debe ejercerse joven. 

Capplannetta y la sed

La vida, solamente la vida, nada más que eso. Después vendrá la sed, la sed desde los portales adentro, la sed que te persigue como un pensamiento redundante, sed de borracho, sed de resaca, sed de olvido. Pasan los años entre alegrías y penas, cuando ya nada quede, te quedará la vida, solamente la vida, nada más que eso. Hay momentos en la vida que pierdes la esperanza, y para renovarla tienes que llenarte de ilusión, si se te pudrió la pasión a fuerza de desengaños y cautiverios. Di no a la soberbia, di no a la prepotencia, a todo eso que te duele di siempre no. La vida es un momento, también la ilusión, aunque por ésta vivimos y recuperamos lo que perdimos, como un putrefacto lamento conservado en la sed de los corazones que juegan a no ser nadie, a no ser nada, acaban con la identidad bastarda y cuentan sus dolores a cualquier hijo de vecino. Y se arremeten contra el agua estancada, buscan agua viva, sin ser turbia, ni yodada como la mar repleta de salitre. Sed de vivir, pecado de comer, paz que te quitas, plenitud que te conceden, hostilidad que te pones, los restos del naufragio son rastro de lo que hubo, aunque quede maltrecho en el tiempo, aunque sea una farsa la ciudad decorada de luces de colores. Nos hacemos de rabia y coraje y vendrán los años sin nada que ofrecer, quizá sean peores y lo pierdas todo. Entonces la vida, solamente la vida, nada más que eso. La sed te aminorará el ánimo, la sed, siempre la sed, habiendo tanto tiempo por beber ¿porqué la sed? ¿Porqué? La sed es verdadera. La sed busca desesperada ser saciada en los lugares más insospechados. En los lugares secos contradictoriamente.