Capplannetta canta en Noviembre

Recuerda cuando eras cantaor de flamenco y lo bien que lo pasabas de tasca en tasca, alguna casa regional y algún tugurio cochambroso, recuerda porque recordar es volver a vivir soñando despierto,  recuerda esos gallos que te salían a veces, aprendiste, recuerda que aprendiste a dominar los gallos de gallo en gallo, había noches en que parecías a veces una pelea de gallos. Nunca supiste tocar palmas, tampoco el toque de una guitarra templada, sólo querías cantar, cantar y otras veces dabas el cante, pero bien, acuérdate cuando vino tu prima desde Alicante con aquel novio italiano, tan bien trajeado y con pinta de mafiosillo. Acuérdate de los tangais que montabas en Cerdanyola hasta las tantas de la madrugada. Te iba Camarón de la Isla, lo imitabas, lo ensayabas, hubieses querido ser José, pero no llegaste a nada. Ahora vas a cantar otra vez, en Noviembre. Prepara tu camisa estampada, tu pañuelo de seda en el cuello y tu traje hecho a medida en el sastre aquél que fuiste en Madrid, ahora vas a cantar de manera diferente, para gente distinta, recuerda que el tabaquismo te ha dejado muy ronca la voz, si te sale algún gallo no te pongas nervioso, ya aprendiste bien la técnica de respirar, a cantar se aprende cantando. No imites a Camarón, recuerda que él es inimitable y la gente, que lo conoce, lo notaría enseguida. No fuerces la garganta, busca un repertorio ameno, para todos los públicos, otórgales ese caramelo toffee que te ha dado Dios, encomiéndate a la Virgen de Regla, a la Verge de Núria, a María Lionza, a la Virgen del Cobre, a la Macarena, al Señor de los Milagros, a San Martín de Porres, y a todos Los Santos del mundo, como los toreros, en tu santuario, en tu altar repleto de estampas, en Noviembre cantarás.