Capplannetta y los libros perdidos

He estado quitándole el polvo a la pequeña librería que tengo y me sorprendo de las cosas que me ocurren. Un libro que daba por perdido ha aparecido entre unas cuantos libros arrinconados que no leo, o ya los leí. Al encontrar el libro, que era Poetas en la Noche de José María Fonollosa me ha dado una gran alegría hallarlo, lo daba por perdido, ya que se lo presté a un compañero y él me dijo que no lo encontraba por su casa cuando se lo pedí, el compañero falleció hace dos años, y resulta que lo tenía yo en mi casa. Me he acordado automáticamente del compañero, hizo por mí grandes cosas, no me hubiera importado si lo tuviera en su biblioteca o en manos de su hija, era un gran amigo. El libro que no he podido encontrar ha sido un ensayo tan simbolista y famoso como Así habló Zaratustra de Nietzsche. Pero como dice mi padre: -Lo que no se llevan los ladrones se encuentra por los rincones. Y tiene razón. Ya aparecerá, y si no aparece puedo descargarlo en PDF en cualquier momento. Es un libro que lo compré barato, ya que lo compré en unos grandes almacenes. Gente cercana me habló de él hace unos veinte años y desde entonces se convirtió en un libro importante, pero ahora he hecho hueco a otros escritores más novedosos, y después tengo otras opciones de lectura, a través de la tablet, por ejemplo. Lo que sí he podido comprobar que al igual que tengo libros perdidos, también tengo libros regalados por el único amigo que me ha regalado libros. Él ya sabe quién es. Lo he citado varías veces en este blog. Quien regala un libro no sólo está regalando una historia, o una manera de pensar, está regalando a un compañero.