Capplannetta the weird

Qué asquerosa es la vida codiciando el oxígeno azul que respiran los otros. Qué asquerosa es la vida para los que apuntan al paredón de las verdades, qué asqueroso y qué rancio es oler el cuero de cien años tras la apariencia de los beatos, qué asquerosa es la vida para los que expulsan a la nieve de los sueños de azúcar, qué asquerosa es la vida para los que absorben cada neurona del pensamiento, qué asquerosa es la vida para los que desnudan a los niños de la fría sopa, qué asquerosa es la vida para los que con una vela en la nariz beben a morro limonada con menta, qué asquerosa es la vida de los que odian las espinas de una rosa y la señalan por ser una roja rosa fresca, qué asquerosa y triste es la vida para los que estornudan en la cara a los benditos, qué asquerosa ha sido la vida para los que husmean en los trasteros comunitarios, qué asquerosa ha sido siempre su vida para los que tienen hambre de que algo le suceda a los príncipes de la dicha, qué alegría sería pasarte un STOP en la almohada, qué alegría más grande sería ver a mi madre con treinta y ocho años y decirle: -¡Qué guapa estás hoy mamá! Qué alegría sería ver a mi padre como un roble erguido silbando una canción por bulerías, qué alegría me daría besar la mejilla de mis abuelos y someterlos al abrazo que no abarca, qué alegría más grande sería repartir poemas por las calles y que la gente los guardara como reliquias del despertar nuevo, qué alegría sería remontar el vuelo desde mis patas de vencejo y creerme una águila en el cielo, qué alegría sería ver fornicar perros en el invierno y esbozar aire congelado desde los corazones ciegamente calientes.

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