Capplannetta y los cambios improvisados

En noviembre del 2019 salió publicada mi única novela al día de hoy titulada: Cibernétic@ Esperanza, en la Editorial Avant. La novela tiene un cambio que hice a última hora. En definitiva los cambios de última hora no son malos si éstos merecen la pena. Cambié el lugar donde Capplannetta se desplaza en el apartado de Desenlace. Puse, en lugar de un punto de América del Sur en el que Capplannetta se desplaza, lo puse en el  hemisferio sur, que es verdaderamente el lugar concreto desde el cual Capplannetta se desplaza de un sitio a otro. No quiero hacer spoiler aunque también diré, que no sólo cambié el lugar donde voy de un lugar a otro, también cambio el personaje. Hablo de mi amigo Leo Finkelstein. Y hablo de él porque en la trama de la novela tiene más lógica hablar de Leo que de los personajes que hablaba en un principio. Ustedes se dirán: -¿y eso a qué viene ahora? ¿Por qué el cambio de un personaje a otro? La explicación tiene mucha lógica. Además de que favorece a la trama de la novela, se debe a que a veces nos creemos que una amistad será para toda la vida, y te equivocas sin saberlo, tal vez ni tan siquiera sospecharlo. Pero es así la vida. El mundo gira y gira, y da muchas vueltas a lo largo de una vida. A veces crees que vas a tener amigos para siempre, y cuando los necesitas, no atienden a tus atenciones o llamadas de auxilio. También quité un monólogo anti independentista catalán tan sólo porque me indignó el juicio a los presos políticos catalanes que hicieron el referéndum del 1-O, y creí por justicia y ética personal que era necesario quitarlo. Un trabajo literario puede tener cosas que una vez publicado ya no tiene oportunidad de rectificarse porque la vida gira (repito). Por eso es bueno que una obra repose y se lea y se corrija antes de que salga a imprenta. Y con la experiencia corriges errores que ya cometiste otras veces, y eso te enseña a tomar medidas para no acabar improvisando sobre la marcha. Ahora voy a publicar otro poemario, se llamará Poemas con Nocturnidad (Ediciones Vitruvio)y si no lo corrijo o no lo reviso sería una falta de respeto al rigor que exige el lector, pero aún más, sería una traición a mí mismo como persona con criterio que sé que soy. Hacer cambios es bueno, ya no porque la obra perdure, que esa es otra cuestión, ya que nada es eterno, pero sí con el hecho de crear algo que tenga presencia, personalidad propia, y rigor literario. Es preciso contar con la complicidad del lector cuando estás contando una historia. Yo no me arrepiento nada de los cambios improvisados que hice, lo que sí tengo que reprocharme es no haber hecho las cosas bien desde un principio. Cuando tienes que ser meticuloso es como si saltaras por las azoteas de la vida sin ningún control y cuidado alguno. 

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