
Tengo un poemario publicado en formato PDF en este blog que se llama Poemas de asfalto y velocidad. Al parecer, y como indican las visitas, tiene sus lectores en México y en España. El poemario está escrito desde mis experiencias como conductor de furgoneta de reparto para una empresa pequeña de mensajería, no cobraba ningún dinero, lo hacía por distraerme aunque si me pagaban la gasolina. Gracias a esos repartos conozco muy bien las calles de Barcelona, que con la guía del callejero de Barcelona (ya que en ese tiempo no existían ni móviles ni GPS) me la recorrí de norte a sur. Fue toda una experiencia nueva para mí, la carretera tiene su picardía que se demuestra aparcando y yendo al volante. En Barcelona los coches de grúa municipales están al acecho de cómo aparques la furgoneta, también la Guardia Urbana, tienes que ser habilidoso, pícaro y rápido. Y luego está el tema del tráfico, tienes que ser ágil y astuto. Moverse por Barcelona con una guía del callejero antiguo tiene su punto de aventura. También con esa misma furgoneta he hecho el trabajo sucio de chatarrero, y de esa experiencia como conductor por Barcelona y alrededores la traduje en ese poemario, que es como una metáfora oportuna para con la vida y sus baches, averías y destinos a veces no completados. Era una furgoneta vieja que me compré por unos 600€, que en aquella época eran pesetas y serían 100.000 pesetas. En aquella época era dinero, aunque ahora parezca porca miseria pero en aquella época era el salario de un mes. Recuerdo los caminos que anduve, las aventuras que viví, y los momentos de estrés y presión decido al tiempo, ya que el tiempo no espera, quien espera es el recibidor del paquete. Lo pasé muy bien en aquella época, recomiendo que lean el poemario en este mismo blog, disfrutarán leyendo.