
He optado por no ver ningún telediario, de ninguna cadena de televisión. O hablan de Catalunya, o del coronavirus, o bien, sesgan la noticia según les convenga a un canal u otro, dependiendo de la vertiente política. No voy a encasillar canal por canal como un crítico verdugo, pero estamos en una época de fake News donde la desinformación reemplaza según les convenga a los directivos televisivos. Prefiero Twitter, aunque prefiero informarme sobre el apartado cultural, detesto el panfleto deportivo, y también el panorama político, que como ya se ha dicho otras veces es una farsa. Prefiero ver en televisión un programa de cocina que uno que repase la actualidad, sea ésta cuál sea, da igual que sea noticia sobre sociedad, sobre economía, sobre el estado sanitario, o sobre cualquier debate insulso sobre cualquier tema, me creo más un documental sobre países en guerra, que son todos desoladores, que un noticiero infumable, sobre todo si es de Telecinco, es lo que en el documental llaman la videocracia, o la desfachatez garrula de la era postberlusconi. Echo de menos mucha televisión de antaño antes que la que se ofrece ahora. Lo único que me complace es la gran variedad y versatilidad de la televisión actual, si no te gusta algo puedes sustituirlo por algo de interés. En fin, cambian los tiempos como decía Dylan, pero a pasos agigantados.