
Apreciados lectores, soy Ana, y Capplannetta me ha dado permiso para publicar en su blog sobre un comentario que ha visto hoy, al trasladar su blog a un nuevo dispositivo que ha comprado. Capplannetta tiene este blog desde Junio del año 2008. Y en el blog escribía y escribe sobre cualquier cosa que le pasara por la cabeza en ese momento. Estamos en julio del 2020, él ya tiene sus cuarenta y cuatro años, y sin embargo, encontró el siguiente comentario fechado del 2012, que no era tampoco un jovencito, pero como si lo fuese. De mente era joven y tolerante, pero en el 2012 él tenía treinta y seis años, no era un crío, aunque tampoco escribía tan bien como él creía por esa época. Época de confusiones y mal entendidos. Recuerdo que una vez que venía ebrio le dio una patada a cada papelera de plástico que iba encontrando a su paso hasta llegar a su casa, efectivamente dejaba su rastro de basura por todo el trayecto. Ahora escribo yo por un tiempo en su blog (repito), en él se escribe y se escribía prosa y versos, él lo llamaba ¿(ahora)? Su bitácora de mares tranquilos, antes, lo llamaba su banco de pruebas digital, qué flipado, ni que fuera un mecánico de la Ferrari. Pero Capplannetta por esa época estaba recién divorciado, felizmente divorciado, aseguraba él. La chica del comentario tiene más edad mental que Capplannetta siendo de menor edad que él. Las chicas, que como yo le digo a él, suelen estar por delante un paso que los chicos. Capplannetta se puede denominar adolescente incluso ahora, que tiene cuarenta y cuatro. Recientemente ha encontrado éste comentario, que no había visto en la vida, o quizá no se acuerde, tantas cosas en la quijotera te hacen perder el oremus. Éste es el comentario, lo firma una tal Cristina:
He llegado aquí por curiosidad de ver qué escribe alguien que se autodenomina poeta y se atreve a criticar un programa cultural precisamente dedicado a la poesía. Esperaba encontrar a un verdadero poeta y me encuentro con unos versos que parecen escritos en plena adolescencia, sin ritmo, sin profundidad y más aún, lejos de lo que es un poema por lo que más lejos si cabe de ser poesía. Una lástima, confiaba en encontrar alguien con criterio suficiente para criticar a los demás.
En el mensaje se dice que Capplannetta criticó un programa, ¿dónde sería el programa? ¿De radio? ¿De televisión? ¿Por Internet? Bueno, no sé, el caso es que lo pone de vuelta y media, lo ha dejado con un palmo de narices. ¡Qué par de cojones tenemos algunas tías! Algunas de ellas más que hombres que yo conozco; no, no hablo de Capplannetta, aunque lo que me llama la atención de él es lo cobarde que resulta para unas cosas y lo valiente que es para otras, pues dice que le da miedo el bullicio de gente, y después coge el tío y conoce a la tal Ella por Internet, después se va al Perú a ciegas y se casa celebrando su boda prácticamente con desconocidos, y todo eso completamente solo. Hay que ver qué raros son los tíos. Nunca dejarán de sorprenderme. Son tan raros como perros verdes. Pero ustedes se preguntarán el porqué me ha dejado escribir por un tiempo este blog donde se cuece un mundillo que no va conmigo. La respuesta no la hay. En este mundo no todo son certezas, también hay incógnitas, quizá haya más incógnitas que certezas. Eso no lo podemos saber hasta encontrar la raíz del porqué ocurren las cosas, nada sencillo. Aunque yo ahora escriba estas líneas, no puedo sacar conclusiones en muchas cosas referentes a Capplannetta. Como por ejemplo, se llama Casimiro, pero él no quiere que le llamen por ese nombre, y a mí me hace reír, porque el nombrecito se las trae, y tampoco quiere que le llamen Casi, la primera por que es un adverbio y una preposición, y la última porque existen otros nombres parecidos con la misma preposición, por ejemplo: Casildo, o Nicasio. En fin, le diremos Capplannetta, que esa es otra historia. Porque Capplannetta según él tiene varias connotaciones en su significado, ya digo yo, vida de incógnitas.