
Muchas cosas se han escrito sobre el enfoque que le dan a la belleza los homosexuales. Considero que, como en todo, nunca hay que generalizar, ni tampoco confundir el aspecto personal con la vertiente artística que éste ó ésta pueda tener, ya sea homosexual, lesbiana o heterosexual. También los heterosexuales somos padres y madres de belleza engendrada desde perspectivas distintas, cada cual la suya. La belleza es subjetiva, la belleza es efímera, y la belleza también tiene su relatividad. No confundamos género con creatividad, no confundamos creatividad con el acto de acostarse en la cama. Hay muchos armarios todavía por abrirse, y el abrirse lleva implícito la decisión de cada persona, hay que respetar esa decisión por muy evidente que ésta sea. No se debe forzar la situación de la gente, por muy mal que le parezca a todos aquellos que sí han salido de ese armario, que no olvidemos, tiene su germen en una sociedad totalitaria, reprimida y opresora, es decir, un fascismo, ya sea éste en cubierta o a pecho desnudo. Debemos tratar a todas las decisiones sexuales como algo respetable dentro de lo que nos enseña la vida, y no la familia, pues ésta puede tener criterios poco condescendientes, o que aplican una opinión diferente a cómo vemos ahora la homosexualidad. A mi parecer es necesario que se inculque cierta igualdad desde las escuelas, aunque las mentes opacas quieran catalogarlo de adoctrinamiento, dejen ser personas a los demás, basta de monstruos en el armario, ni demonizar ni sacralizar la vertiente homosexual, y al cortito de miras, basta de prejuicios y de contradictorios planteamientos, no todo el mundo es homófobo, ni todo el mundo tiene una percepción acertada, eso hay que vivirlo, ni yo, que soy heterosexual puedo acertar en el análisis, aunque tenga mi parte femenina, ninguno de los que tenemos opinión de idea relativista frente a la belleza la tenemos porque tenemos boca, la belleza, repito, está en el fondo y no en la forma.