
Cuando me den el Cervantes se lo dedicaré íntegramente a mis padres, por su sacrificio absoluto. Mi discurso se centrará en la locura de Alonso Quijano, y el porqué se enferma leyendo libros de caballería. Seguramente me concederá el premio la reina Leonor, eso, sin despreciar a su padre, que ya habrá abdicado. Las bases del discurso irán enfocadas a la locura y al porqué a los locos les da la manía de luchar contra las injusticias del mundo, como es el hecho de Don Quijote. Cuando me den el Cervantes liquidaré la hipoteca que me concedió el banco, y con lo que me sobre quiero hacer una fiesta, una fiesta en Torre- Romeu, entrarán todos aquellos que se portaron bien conmigo viviendo aquí. No piensen ustedes que pretendo ir de poeta loco, yo quiero ser un escritor oculto, y por eso cuando me den el premio Cervantes lo recogeré con una bolsa del McDonalds en la cabeza, como Thomas Pynchon en los Simpsons, pero yo seré más sofisticado, si se me permite el término. Iré con una escafandra de cosmonauta. Lo tengo todo en mi cabeza. Me preguntarán los periodistas: -Señor Capplannetta ¿porqué se pone una escafandra de cosmonauta? Y yo les diré con mucha farfolla: -Por cuestión de protocolo ante la reina. Tengo pensado ponerme en el casco una entrada de micrófono y que ésta la conecten al salón de actos de la Universidad de Alcalá de Henares, está todo calculado.