Capplannetta y las cabezas mal amobladas

Las madres de las chicas bien, las pijas del centro, también madres que andan como pollos sin cabeza, prefieren para sus hijas chicos con la cabeza bien amoblada; conservan ajuar bordado con flores a María, rosadas, blancas y amarillas, siempre han deseado chicos con la cabeza bien amoblada, los prefieren con las puertas de diseño, con muebles de ébano, roble y castaño, y descartan el aglomerado de vengué, quieren mampostería de marfil, con cuadros con poemas de caligrafía Snell Roundhand escritos en inglés, también con algo de decoración vintage, y collages con objetos del folclore de la patria. No quieren cabezas como la mía, amoblada con muebles de segunda mano, pertenecientes éstos a familias que fueron a la ruina por no pagar los créditos otorgados en época de bonanza. No quieren decoraciones simples, ni grifería barata, bajo ningún concepto aceptarían un piso completo por mil euros. No quieren cabezas mal amobladas que escuchen jazz, esa música propia de negros, tampoco quieren salir del plástico de la raza, son mujeres de alta alcurnia y caballería de bambolla. Escuchan florituras de Bach, el piano finísimo de Mozart. No quieren aglomerados armarios, ni muebles comprados en Ikea, tampoco tazas compradas en los chinos, manda huevos la China milenaria, estas chicas están diseñadas para oler la mierda más cara del mundo.

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