
A veces sin querer nos ampara la techumbre del matriarcado, sobre todo en mi familia, la figura del padre en mi familia es hacer las mismas labores que la madre, y esto no quita que la figura paterna carezca de lugar importante dentro del seno familiar. Pero hablando claro, las madres son las que parten el bacalao. No en todas las familias, pero es una cosa grande pertenecer a un matriarcado. En algunos lugares la mujer es hija y madre de hijas, normalmente son una institución como lo es una familia normal. Me refiero a la mujer y al hombre. A veces una madre soltera cuida, mima y ejerce de madre de una manera entrañable. Desde aquí abogo por una familia matriarcal, las madres están presentes de manera tan extrema que son el núcleo o el pilar de la familia. Estas madres suelen ser las que se buscan la vida para dar alimento a su plebe. Normalmente los maridos son una mera figura decorativa, ya que siempre andan bebidos y carecen de responsabilidades, dando toda la carga familiar a las mujeres. Pero éstas defienden a muerte las necesidades básicas de los hijos, dándoles estudios, vestimenta y alimentos, y cuando llegan los días festivos sus regalos según sea el día que haya que celebrar. Benditas mujeres nacidas de madres con las situaciones parecidas a las hijas. Son padre y madre, son cocineras de hijos exigentes, sin poder dejar la cocina.