Capplannetta ha sido capgrós

Cuando estaba en la colla de Gegants i Capgrossos de Sabadell lo mejor era la sortida y la paella que preparaban los de la colla, no se imaginan la paellera tan grande que tenían, éramos muchos, y todos con un hambre de perro después de haber estado danzando al compás de tambores y grallas. Yo tenía momentos que cuando cogía el cabezudo (el capgrós) me lo pasaba muy bien, cierta vez me caí, y me hizo polvo, también el cabezudo. Que era la cara de un demonio guiñando un ojo y sacando la lengua, era verde y rojo, de cartón piedra, así que lo rompí, aunque no hubo problema, los chicos de la colla lo arreglaron. Era un espectáculo verme danzar con mi pistola dispersora de agua, en el verano disfrutaba yo y también las familias que salían a vernos. De ahí viene mi nombre de Capplannetta, he sido Cap y también Cúa, Capplannetta tiene tanto significado para mi vida, es un pseudónimo con varias acepciones, pero algunas son más que evidentes. A mí, al igual que Andalucía, también me ha tirado la tierra catalana. Catalunya para mí es algo grande, nací aquí, y la he recorrido mucho. He conocido muchos pueblos y vilas de Catalunya, conozco a pageses, y entiendo el catalán perfectamente, pero no suelo hablarlo, ya que tengo un acento andaluz muy acentuado. Valga la redundancia. Me da la risa hablar de mi acento arraigado en mí, no lo puedo disimular. Los catalanes son buena gente, unos más que otros, como en todas partes supongo, bueno, yo no me puedo quejar del trato que me han dado y aún me siguen dando. Algún día me explicaré en catalán, mi hermana y mi cuñado lo hablan a sus hijos, mi hermano no, algún día…

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