Capplannetta and the poetic justice

encadenado

Cuando hablo de justicia poética no hago alusión a la película estrenada en 1993 titulada Poetic Justice del director John Singleton, cuando digo Justicia poética me refiero a los hechos que estamos viviendo en estos nuevos amaneceres. Debo de empezar este breve simulacro contra la reclusión obligatoria añadiendo que, para nada es de Justicia Poética el que fallezca tanta gente y mucho más si éstos son ancianitos huérfanos -estos sí- de toda justicia, incluso la divina. Pero ya que hablamos de lo divino, no creo que nada tenga que ver Dios en este asunto, aunque sí el azar, el azar es un gran ordenador, un gran justiciero, en este caso poético. Que todos estemos en obligada reclusión puede parecer ilógico pero así es este mundo que hemos creado entre todos a pasos de gigante. ¿Nos merecemos este tipo de justicia poética? Nosotros, que hemos hecho tanto por las especies animales, que tenemos unos océanos puros y cristalinos, que tenemos a más de la mitad del mundo pasando hambre, nosotros, que somos el origen de tantas injusticias, de holocaustos, de campos de concentración, en fin, nosotros que hemos hecho de este mundo un infierno y ahora estalla la bomba en nuestras manos justo ahora que íbamos a cambiar temas como el cambio climático, la pobreza mundial, que acudimos como locos todos ante la deforestación del Amazonas. ¿De qué nos ha servido tanto esfuerzo en preservar la naturaleza? ¿En mantener en armonía a los pueblos? Qué mundo tan placentero nos había quedado y ahora ZAS! Como el que no quiere la cosa está tan vacío, tan ordenado que aún no creemos en el caos que hemos engendrado, no, no es alarmismo, es Justica Poética y nada más que eso, ¿cuánto tiempo más nos queda esperar paz? ¿Cuánto?

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