Llevo años de encierro por circunstancias de la vida. Ahora hacen lo mismo que yo he hecho millones de personas. Si no estuviera muriendo tanta gente diría aquello de “joderos”. Pero la cosa es seria, va en serio. Parece una cuestión de venganza pero por obra del destino o de la divina providencia he encontrado un aliado para que los demás comprendan mi triste día a día. La cosa es seria, como mi problema, pero el COVID-19 unirá a la gente, cosa que no ha hecho la política, ni las redes sociales, aunque una cosa es cierta, sin Internet el COVID-19 sería algo más que una pandemia, es decir, tendría dos aspectos que la harían más dura de lo que lo es hoy y ahora. Tendría el aspecto en sí como enfermedad, que es muy preocupante y peligroso, y el otro, el aspecto tóxico de la mala televisión. Esa pobre gente que vive en cuarentena y la que se encierra por prevención, a veces no tiene nada más que la putrefacta televisión. Pero Internet, insisto en ello, nos ha salvado la autocrítica y la variedad de contenidos. Ahora es momento para estar en familia, para estar en casa. Mi hermano hace unos días me envió un enlace interesantísimo, un artículo donde se expone el prólogo donde Enrique Vila-Matas nos habla de Toteking (rapero de los inteligentes y cultos) y al parecer ha escrito una novela un tanto peculiar, Búnker se llama, en ella está escrito el prólogo que le pide el autor a Vila-Matas. Debido a mi reclusión, ya no por el COVID-19 sino por otras causas, diré que me hice acopio de varios libros que Vila-Matas hace a Toteking, el primero Guía de Mongolia de Svestislav Basara, libro que no he podido conseguir por su publicación en Tapa blanda, o sea, papel, está en muchos lugares pero una cosa que me dejó la droga como efecto secundario es la sed de inmediatez, también ahí nos sugiere otros títulos que sí he podido conseguir, uno es El Tercer Policía de Flann O’brien, un libro divertido con gran ingenio, el segundo Aforismos de Lichtenberg y el tercero Tristam Shandy de Laurence Sterne, los he comprado de inmediato, porque visto lo que escribe Vila-Matas sus lecturas no pueden perder ese sentido humorístico que su obra tiene, cuidado con COVID-19.