Sé que escribir sobre intimidades es a veces algo aberrante, siempre y cuando se escriba sin traspasar una delgada línea, la línea de la honestidad acompañada de un pudor y un sentido común siempre que se cuente o se diga aquello que no afecte a terceras personas y que tenga algo de interés sin faltar el respeto a nadie, ni tampoco repetirse, también con un planteamiento partiendo desde la base de lo cotidiano y lo que pueda parecer al lector interesante dentro de una verosimilitud, lejos de lo verdaderamente íntimo, que no creo importe a nadie. En mi casa tengo algunas cosas que me hacen pasar un invierno y parte del otoño ligeramente cómodo y sin gastar demasiada energía eléctrica. No tengo calefacción, y sólo dispongo de una estufa eléctrica, la estufa no suelo ponerla y uso ropa de abrigo. Mis camisas de franela, mis chaquetas polares, mis pijamas de algodón, mis calcetines también de algodón y mis zapatillas de felpa son mis posesiones más preciadas para andar por mi casa. Bebo mucho café americano (más bien aguado) muy caliente y con poca sacarina, ya que soy diabético. A veces bebo güisqui cuando hace mucho frío, pero yo suelo mezclarlo con cola sin azúcar. Me parece más suave, mi estómago no soporta el güisqui a palo seco, ni siquiera con hielo, todo esto son las consecuencias de haber cogido tremendas borracheras con chupitos de güisqui y beberlos de un trago, me hice picadillo el estómago y cada vez que bebo güisqui solo (sin mezclarlo) me produce una reacción que en seguida vomito y lo odio, por eso uso la cola, para rebajarlo y no me afecte tanto. Hay gente que lo rebaja con cerveza, pero yo lo veo un exceso absurdo. Estar caliente en invierno y sin usar energía conlleva altas dosis de inventiva ingeniosa, ya que muchas veces no sólo es el abrigo lo importante, también la pitanza es importante. En algunas ocasiones uso unas mantas estupendas de poliéster que dan una calor confortable en las largas noches de invierno. No suelo usar energías en invierno, tan sólo gas para calentar el agua con la que me ducho, me suelo duchar con agua muy caliente, es lo propio. En mi casa no tengo grandes lujos, pero es un lugar donde yo me siento cómodo y eso es un lujo hoy en día. En invierno me gusta ir abrigado, comer sopas y comidas calientes, y ver vídeos por YouTube o escuchar música, también me gusta leer libros no demasiado pesados debido a que leo tumbado en el sofá y los libros con demasiado peso me incomodan. Cuando leo libros de gran tamaño suelo hacerlo en la mesa y sentarme en una silla, aunque prefiero las lecturas breves o de menor tamaño ya que me gusta el sofá. Espero que este invierno sea lo más llevadero posible, no salgo mucho, pero si lo hago no suelo alejarme de mi casa demasiado. También me gusta escribir, suelo hacerlo en mi tablet. Uso unos guantes con los dedos al aire, y suelo escribir con una sola mano, con la otra sujeto la tablet. En fin, la vida en un hogar en invierno es así para un ser no complejo en demasía pero con aprecio hacia las cosas sencillas, los placeres sencillos, pero no tengo queja. Tengo un techo y soy feliz a mi manera, pasen un feliz invierno que parece ser frío y largo, lo que es menester que no nieve, con la nieve las carreteras y las aceras parecen pistas de patinaje y son un auténtico peligro. Sean felices dentro de lo que se pueda, la cosa es no envidiar a nadie, no alegrarse del mal ajeno, y tener la mayor paz posible, éstas son las claves para comenzar a vivir con plenitud, o eso creo.