Capplannetta y Nevando en la Guinea

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Nevando en la Guinea es una revista un tanto singular si la comparamos con otros medios culturales de no menos audiencia y credibilidad. Un mes de junio del año 2008 nació Nevando en la Guinea con muy poca experiencia yo (Capplannetta) y algo más Juan A. Herdi. Debido a que nuestra amistad, con mayor o menor frecuencia en encuentros, remonta desde el año 1999, que fue cuando yo iba a las tertulias de la Revista Catarsis, nos hemos visto las caras siempre cordialmente. Juan A. Herdi es un ratón de biblioteca (si se me permite la semejanza) debido a que acumula, regala, dispersa, propaga, y difunde literatura adonde quiera que va. Es una fuente idiomática y un erudito que encierra saberes variados. Tanto en la conversación como en la escritura se puede entrever toda la riqueza cultural que posee y nunca dejará de sorprenderte. En principio la revista que coordinamos juntos se publicaba cada semana. Después pasó a publicarse cada mes, y luego cada tres meses. Incluso llegamos a disfrutar de una web donde publicábamos vídeos, entrevistas, artículos y ensayos breves que íbamos agregándole. También llegamos a hacer radio por Internet en un programa con el mismo nombre que la revista. En el 2014 dejamos de publicar por crisis en temas de discrepancias, hay que aclarar que él trabajaba (cosa que sigue haciendo), y las ganas y la voluntad que entonces ponía no eran las mismas que los dos ponemos ahora al unísono, aunque esa es otra historia; la revista se publicaba en un PDF sin ninguna imagen ilustrativa y en negro sobre blanco, cosa simple, sí, por eso yo trato de justificar esa simpleza con que era más caterva que revista. Aunque llegamos a hacer entrevistas y la revista-caterva estaba bien vista en los ámbitos literarios, nos faltaba ilusión, ya que entramos en una rutina que nos llevó a tomar la decisión de dejarla. Nos perdimos la pista hasta mayo del 2018. Después retomamos de nuevo el proyecto que empezamos juntos, aunque ya más enfocados en una coordinación más ambiciosa, más experimentada y con muchas ganas. Le hablé del proyecto a mi amigo Juaníbal Reyes Umbría de la Agencia literaria del Sur y se ofreció para participar, entonces esa decisión cambiaría el sobrenombre de caterva y ya sí era una revista literaria digital.  Yo se lo conté a Juan A. Herdi y quedó encantado. Y esa es la historia en definitiva, ya que a partir de ahora cada número es mejor que el anterior, cada trimestre una ilusión nueva. Ahora la revista se diagrama y se edita en Venezuela, país que culturalmente está impartiendo su propia revolución paralelamente de la política. Nos vemos en la red.