aquél día, si mal no recuerdo

…Aquél día, si mal no recuerdo, todo me pareció artificioso, falto de sencillez en su apariencia, había como un interés oculto en que los que pagaban el cotarro ninguno de los dos se dieran a la fuga, cada uno por un lado, cada uno por su sitio, descubrí entonces la clase de gente que los anfitriones tenían por amigos, todos falsos, fingiendo quererlos mucho y en realidad todos tenían cierta envidia. Yo por suerte o por desgracia estaba preocupado por mis cámaras y mi teléfono móvil, eso, sin contar la incomodidad de mi traje, un traje que me hice en Lima, ya había engordado bastante desde que en aquella sastrería me tomaran las medidas para confeccionarlo, cuando me lo quise poner me iba algo apretado y hubo que sacarle espacio de donde no lo había, también me tenía que haber puesto tirantes en lugar de aquél cinturón desgastado, en resumidas cuentas, se me caía el pantalón por el trasero, también escogí la camisa gris y la pajarita de cuadros grises a rayas rojas, tenía que haberme puesto la camisa negra y la pajarita ocre de cuadros escoceses, pero por hacer caso a la gente y mi falta de previsión pasé una velada sentado, fuma que te fuma, y con cierta hipersensibilidad que no sé de donde demonios la traje, ah, sí, ya sé de donde, de mi fracaso matrimonial, total, que pasé un día nefasto, tuve que aguantar risas de gente que ni conocía, aguantar también a los curiosos, eso, y alguna impertinencia que otra, la próxima vez iré ligero de equipaje y martingala, iré con el traje bien confeccionado, con la camisa y la pajarita que me dicte el instinto, y con unos preciosos tirantes como complemento, si la camisa es negra, de color ocre o blanco hueso los tirantes, si la camisa es clara, tirantes de color negro, y como se pongan farrucos me planto un sombrero Panamá con mis zapatos marrones estilo madera comprados en una cooperativa del calzado también en Lima la vieja. Pero no, dejemos el sombrero Panamá para pasear por algún lugar de la costa Latinoamericana del pacifico sur, pero no todo fue malo, comimos de maravilla, la anfitriona tuvo detalles de buen gusto, y el anfitrión estuvo a la altura, y eso sí, llover, no llovió…

2 comentarios sobre “aquél día, si mal no recuerdo”

Deja un comentario