…El otro día vi a un tipo lleno de tatuajes con una camiseta donde se podía leer la frase “paz, amor y toda esa mierda”. Me gustó. La veo desinhibida, sincera, rotunda, con personalidad propia, es cojonuda. A lo mejor el tipo en cuestión estaba hasta los huevos de hipocresías, falsedades y toda esa mierda. Vete tú a saber, dice mucho de la persona en cuestión, lejos de la ideología política que tuviera esa frase daba confianza, denostaba una persona directa, sin cortapisas y sin una pizca de ambigüedad. El otro día vi a mi padre carente de equilibrio mental, distraído, y empezó mi preocupación por él, tuve miedo por un largo momento de tiempo que se lo llevara la nada. Llámenlo Nada, Alzheimer y toda esa mierda, llámenlo el fin de una persona lentamente y que, cuyo sufrimiento será tan largo y cada vez más inmenso a medida que ésta persona se vaya deteriorando, y que ese sufrimiento, no sólo se haga realidad por el deterioro físico, sino también psicológico, porque a medida que va en decadencia termina por no conocer ni a sus propios hijos, y eso es lo más duro a mi parecer. Yo creo que debe ser como un vacío, como un retorno al estado neonato, es como ser un bebé sin serlo. Es la Nada vacía. Yo antes de que me suceda (tanto a mí como a un ser querido mío) semejante enfermedad prefiero la muerte, si le ocurre a alguien a quien quieres te dolerá su ausencia, el vacío que ha dejado en ti su pérdida, -llámenlo la Nada, la Nada vacía y toda esa mierda- pero sin duda la cruz de olvido acabará por hacer sombra sobre tu frente. Después está la situación de que te haces todas tus necesidades encima: defecas, orinas, vomitas, babeas, hasta puede que eyacules, ¿quién sabe el tipo de Nada que te dominaría en el hipotético caso de que algo así te ocurra? Lo que sí es cierto es que puede que sea la Nada, la Nada vacía y toda esa mierda…