Hoy me levanté con muchas ganas de ver
a mi pesado fantasma invisible morir,
y nos fuimos después del atardecer
a beber a una tasca de Montjuic,
allí había brillantes que optan por saber
que la luna es un satélite d’aquí,
las veces que he visto pasar
las noches en las que no logro dormir
me bajo deprisa al bar, rojo y bajo bar,
o mejor dicho a un night clubbing,
pongo en remojo mi sed de par en par,
dos cervezas, un güisqui y otro pipermín,
y los viejos negros de la vieja Panamá
la nueva salsa tocan poniendo a mil
a parejas en estado fecundo de procrear,
parejas que estaban y no estaban allí,
vamos todos juntos a la era nuclear
donde dicen que las rosas de plutonio
respiran radioactivo mes de abril,
pobres animalitos de San Antonio,
pobre corazón de plástico por destruir,
las peores causas caen de hojas en otoño,
sufren los estorbos, sufren en Guayaquil,
sufren de mi estorbo, sufren en Logroño,
la era nuclear es un moderno porvenir,
escaparate de cabezas huecas con moño,
defensoras de inútiles retoños,
lectoras de vísceras de rata con un bisturí,
quieren todas juntas descubrir
que no les salga del jopo rosa de plutonio,
ni nucleares Enolas Gays evacuando aquí.