las tres plegarias de mi patria

miliciano-caido-00

Batallas, gestas, liturgias, vítores y hogueras
se crearon por un bien a una nación,
efemérides, rituales de guerra, banderas,
y una veintena de campos de concentración.
Nunca hubo guerrero tan bravo
que aquel que escuchó latir del sol,
jamás se educó la disipela del guayabo
sin leerle bien la cartilla a viva voz.
Un niño siempre es un niño
quiera o no lo quiera Dios,
algunos comían cocido, pringada, pestiño
y a misa iban los domingos del Señor.
Mi patria es mi madre, sonrisa fresca,
y mi padre durmiendo en el sillón,
los dos tranquilos con la felicidad abierta
viendo a sus nietos crecer en flor.
¿De qué sirvió todo aquel oro del mundo?
Si un escudo, florín, penique, doblón,
ya fuere marinero, caballero, o un ser inmundo
de esa olla podrida jamás caté bocado yo.
Ya viene la hora de las martingalas,
las prosodias anudadas, los manjares de buen don]
ya viene la hora de las mejores galas
pues la familia empieza en un jardín donde dos
se sacan brillo, se acicalan y hacen gárgaras
con elixir bucal pues oculto aliento es mejor.
Ya viene la hora de buñuelos y fritanga
primero familia, luego institución y papá estado son]
como una ilusión que año en año se atranca
y que en bolsa e índices de mercado parecen ficción.

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