reflexión sobre lagrimales

Ojo pinchado con aguja

Me llora el ojo izquierdo y no sé porqué, o mejor decir, sí lo sé, sé la causa directa por lo que me llora el ojo izquierdo pero yo prefiero no saberla, omitirla, obviarla quizá, ignorarla. Me llora el ojo izquierdo porque se me mete el humo del cigarrillo, mentira, me llora el ojo izquierdo porque sé que mi mal no tiene ya remedio, y yo insisto e insisto, como un idiota que va tras el aire, como un idiota que vive de arrebato en arrebato. Me llora el ojo izquierdo pero yo sigo negando la mayor porque no existe cosa más imposible que por lo que me lagrimea el ojo. Me llora despacio como un río seco, avanza pero despacio, me llega la lágrima hasta el cuello, yo entonces me la seco con la mano, la mano por un fragmento mojada me recuerda que lloro por el destino del sí, porque si llorara por el destino del no, quién sabe, quién sabe, qué lágrima y qué ojo no me lloraría.

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