sin recreo

Natural melancolia 00

Y redundo en aquella página donde un niño se quedaba sin recreo, trauma de siete filos, moneda que nadie ahorra, lágrima de nadir entre el asfalto y el barranco, musa que gime en la gallera abandonada, porque tú fuiste tú constante y no sonante, y vuelves a mí hecha una refugiada de nuestra derrota, las veces que te oí cantar esa canción en la paz de tu habitación son las veces que me apresuro a compadecerme de mis recuerdos. Como perro callejero ya no ladro a la gente que pasa, me aparto las moscas mordiendo al aire, y resido ahora en la antepenúltima hora mascando el mundo que me da de comer. Sigo siendo aquel peregrino sin camino, tú cambiaste tu soledad por sangre, te quiero y eso a nadie más le duele.

Deja un comentario