ramillete de negrura

hombre flor 00

Mucha gente puede ver en el hecho de que salga poco como una pérdida de tiempo, pero yo no lo veo así, en mi casa lo tengo casi todo, pobres de aquellos que buscan en la calle lo que no tienen en casa.

La rareza de mi soledad la hallaréis en que lo que muchos ven en mí no lo soy y en lo que realmente soy no puede verme.

He tenido más éxito en Facebook y en Twitter y en la vida diciendo una medio verdad que diciendo la gran verdad.

La locura está más cerca de los sensatos que de los insensatos, pero una cosa es segura, nadie está a salvo.

En la hojarasca seca de este otoño frío existe aquel rincón todavía desconocido, le mean los perros, el viento lo encarcela, es como cuando te preguntan de niño que si a Mamá o a Papá, ¿a quién quieres más Cecilio Olivero Muñoz, tú que por fin hallaste el rastro por el que la dignidad de los hombres está en manos de déspotas aberrantes? Mis padres me enseñaron la ley suprema de callarme cuando lo fuere preciso, miraos déspotas de este mundo cruel, ningún libro ni ningún padre os enseñará a callaros la boca, sí, cuando lo sea preciso, cuando lo fuere oportuno, vosotros, ciegos e insaciables déspotas, os entrego mi corazón pero mi casa es mi casa. Os entrego este poema, no está registrado, coméroslo, si todavía os queda un hilo de escrúpulo.

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