tardes de domingo

Salvador Dali-Marilyn-Mao (pintura)

Qué raras son las tardes de domingo. Tardes eternas en las que dejarte caer y escuchar el soplo tenue de las almohadas presionadas, descanso, ternura de corcho mientras descansamos, qué raras son las tardes de domingo, tardes que se apagan allá lejos de las metas imposibles, se oye el viento violento y salvaje afuera, tú mientras tanto escuchas el obituario del presidente de la transición, qué raras son las tardes de domingo, dejas caer el telediario por el suelo, se escucha lejano y próximo, como un derrota de melaza y de rutina que quiere hacerte la tarde rara de domingo acolchada y de acero irreconocible.

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