Noche de Oscar’s

Oscar de la academia

En la puta noche de los Óscars barren la miseria blanca con sus vestidos de oropel brillante las damas de moral doble y los señores, sus señores, con trajes chaqueta con faja y chaleco irrumpen en el vértigo del celuloide que se esfuma, y presumen de mundo entre sus dedos, con juegos de manos con moneda al uso. Mientras los homosexuales, los drogadictos, la chusma de Hollywood se esconden en los backstage (bambalinas) de la gran Academia y un ensayo general antes del gran evento les lee a todos la cartilla, les enseña la lección de que los perros no deben mover el rabito ni siquiera contentos, les enseña la lección, tres mil veces, la repiten, 101, 109, 1033. En la puta noche de los Óscars medio mundo se deslumbra con su alfombra roja, traída de un almacén textil en San Francisco, para el teatro Kodak, L. A. Año 2014. En la puta noche de los Óscars muchos no tendremos acceso a un glamour, a sus vestidos de marca, a sus joyas de firma, a sus limosinas alquiladas, pero qué grato es comprobar que existe paz en el mundo, mientras para otros la realidad supera a esa puta llamada ficción, esa ficción urdida entre algodones y el corcho de las auroras, en la gomaespuma de los hombres y mujeres solas, que golpean duro los efectos secundarios de su ciudad de hormigón y asfalto, de metales de construcción y aceros USA. Esto ocurre en la puta noche de los Óscars.

Deja un comentario