un loco dispuesto a cambiar el mundo

ZZZ-Astronauta en la Luna

A veces, o muchas veces, recorro Internet como si el mundo fuese un lugar gigantesco en el que viven seres humanos con un corazón gigantesco, recorro los blogs, las webs, las redes sociales, y veo en este mundo mucha soledad en castellano, seguramente también existe en otros idiomas, idiomas que yo no entiendo, pero sé que ellos también rastrean como yo rastreo, intentando trepar por la soledad del mundo anhelando un consuelo que les anestesie el dolor que esta vida de ciega velocidad, de pulso helado que en los lagrimales se seca, de frías materias con las que interiorizamos un fetichismo hacia el objeto olvidando la carne trémula, y golpeamos de rabia una pared, y nos escondemos en un sueño colectivo con el que creamos mentiras que calman la verdad del mar inmenso, encuentro también mucha gente que muerde el polvo, que andan perdidos por el foco de luz que naranjea de las malditas ciudades, otros andan felices con la dicha suave como sí rodaran hacia la facilidad de la vida, vida fácil para nadie, pero ellos con corazas de hormigón insisten en que son felices y los demás andamos escarbando sus señales, tratando de imitarles por sí acaso a nosotros también se nos contagiara la misma enfermedad que a ellos, por sí acaso a ellos les sobrara un trozo de dicha para nosotros mendigos, para nosotros ebrios de soledad. Cuando veo a un alma perdida me alegro, me alegro de no ser el único ser en la tierra que se arrastra día y noche, al cual le contradicen las ilusiones donde se estampan todas en un azar que me lleva a alejarme y otra vez perdido, y otra vez fuera del mundo, y lo cuento en Internet, y seres que rastrean consuelo como yo se alegran de mi derrota. Ellos intentan consolarme a medias, por que a medida que ellos me ofrecen su consuelo en píldoras de mentira piadosa, ellos se están haciendo pedazos con la verdad del mar inmenso. Yo no suelo creer a aquellos que dicen ser tan inmensamente felices, se debe ser muy mezquino o tener muy poco corazón para ser tan felices como ellos se proclaman. Vivimos muchas veces la vida que pretendemos fingir sin vivir la vida verdadera y real por que el ser humano prefiere parecer a ser, prefiere parecer a ser porque entendemos la vida como el gozo de una manada, como el goce de una mayoría y tememos al hecho de ser los distintos para que no nos desprecien por no ser como la mayoría. Muy pocos valientes tienen la fuerza de ser felices siendo distintos. En mi caso, me he tenido que aislar como un cosmonauta, por que he adquirido como modo de vida aquello que me diferencia del mundo, porque cuando me intento mezclar con la mayoría siempre soy el gato que acaba magullado, acabo cansado, roto, desvalido, desangelado, para luego comprender que debo por enésima vez aislarme antes de caer en el hecho intolerable de ser un despojo humano, por que me siento perdido, porque a veces soy un monstruo, otras una araña, otras soy un mendigo de amor, lo que me hace fuerte en la ida, me hace débil en el regreso. Solamente la esperanza de que la manada, la mayoría me acepte es la ilusión que me reincorpora y me destruye, la soledad cuando se busca no es mala, lo malo es cuando la soledad te domina a ti, pueden usar esa debilidad en tu contra, como también terminas como mendigo. Si la mayoría te expulsa de su confort social busca tu confort dentro de la soledad, hay personas que no pueden ser parte de la sociedad «normal». Hay personas que se inventan una vida para que la sociedad los acepte, volvemos a lo de antes, mejor parecer que ser. Yo no soy mejor que nadie pero tampoco menor, sé que esto suena a topicazo, pero digiriendo mejor mi soledad quiero aún más a esa mayoría imposible que nunca me aceptará cuando hago vida social con ella. Estamos empezando a ser otro tipo de seres humanos, ahora estamos en otra sociedad estando rodeado de familiares, esto que digo no es nuevo, digo esto porque hay gente que se reúne y cada uno está pendiente de su teléfono, nos alienamos por mediación de las nuevas tecnologías, eso hace que los teléfonos sean más inteligentes que las personas que los usan, pero que las personas se alienen no es un problema de ahora, antes había individuos que los demás condenaban al ostracismo, ahora son un estrato social, incluso son una mayoría social dentro del mundo, otros siguen estando dentro de su individualismo, otros buscan ese individualismo, hablamos de los singles, o como diría mi padre, los solterones. De aquí a unos 50 años esta sociedad no será ni el reflejo de lo que ahora es. Pero yo tengo la esperanza de que no nos olvidemos de lo que fuimos hoy al igual que recordamos hoy la moda vintage.

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