Hoy me dice un amigo que le ahoga el tedio y la misma rutina de siempre, o se está trabajando y caes en demasiada rutina, o se está parado y sin trabajo y caes en demasiada rutina, por que la rutina apunta en las esquinas cada minuto vivido, te somete con su aliento caliente y te llena de sombra las tardes con espesa melaza en las sienes, te colmas de ansiedad, comes la misma comida, andas por los mismos lugares, la misma televisión, las semanas se repiten, el tedio cría monótono por los rincones del día a día, demasiado cansado para leer, demasiada dosis de realidad para dormirte en el vestigio de cada hora, y nos pasa la vida con la esperanza de liquidar la deuda pendiente, por que queremos escaparnos de esta ciudad y marcharnos a lugares donde nadie nos conozca, no importa cruzar dos océanos, no importa arriesgar con más deuda, lo importante es salir de la monotonía y emborracharte de aire fresco, con sonrisas frescas, con miradas nuevas, escapar y escapar, la gente ya no quiere que les cuenten la misma canción, habrá que sacarles de la gris rutina y llevarles la gracia de la sonrisa inesperada, de la risa abierta, pura y sana, habrá que contarles que otra vida nos espera tras la rutina que nos mea con la boca bostezando, con el tedio oxidado de noes, y si nos fuéramos de la rutina de las misas dominicales, y de los actos protocolarios que merodean con la puesta en escena, si nos apartamos del engaño del que somos víctimas, ellos se van a quedar solos y vacíos, podridos y carentes de verbena, por que nosotros estamos hartos ya de que los astros del zodiaco se equivoquen cuando predicen nuestro destino, nos marchamos de aquí ahora, nos vamos a compartir el otoño y nadie nos quitará el hecho de que cuando nos pidan cuentas los moralistas nos reiremos en sus caras y con carcajadas repletas de orgasmo, y con la plebe revolcada en la plenitud vengaremos al amigo que se secaba en la rutina como una gota de lluvia bajo un sol invencible.