Si recuperase ese dinero que gasté en malos hábitos, en pagar la larga lista de mis errores de juventud, el dinero malgastado, también el que se da por amor, quizá un amor no correspondido, el dinero gastado en caprichos tontos, el dinero ese que pasa de mano en mano, que sabe a manoseo, que de poderoso asquea, dinero, mugre que da lustre al fanfarrón, brillo de ignominia que condena a la miseria, dinero, oropel en el anaquel preferido de la felicidad, dinero, caspa inútil de todo aquel que lo tiene y lo entrega a manos llenas, el dinero no se debe menospreciar, no, pero si yo recuperara ese dinero malgastado tendría ahora una vida vacía pero con algunos ceros de más.