Hay momentos en la vida que preferirías estar anestesiado, estar anestesiado de la agonía que tienen entremedio los relojes, quizá recuperaras el consuelo tras ser reconocido, pero quien sabe de la importancia de vivir siendo completo, el ser reconocido es una chispa que se apaga ya en el instante del ínfimo presente. Es mejor beber el vino acompañado, es mejor perder la libre idea antes que el ocaso te despoje de la carne, vendrás con ansiedades y venenos a culminar tu tedio, vendrán las palabras para hacerse monstruos imposibles en la soledad. La vida puede ser un hueso en el que tropiezas tu hambre y un placer de posología incierta puede darte tal vez la paz que buscas, en el lapso negro palpita la esperanza, pues sufrimos los humanos con nuestra sangre que golpea nuestra norma. No busques que el consuelo llame a tu puerta y pregunte por ti para la huída del asco, no busques que tus amigos recojan tus restos para que te lleven a la fiesta con bostezos, haz el esfuerzo grande, grande pero posible, de pensar seguir el ritmo de tu corazón bombeando la vida de tus ilusiones para no dejar que mueran, sueña que eres camino de siempre y no siempre el sueño sin camino, convive y comparte la paz, el vino y la alegría y hazla verdad lejos del rastro de la locura.