Celebramos el día en que Martín Luther King dio su discurso ante las masas, su discurso empezaba diciendo I have a dream, lo penoso es que fuera tan solo un sueño, siento aguaros la fiesta, el sueño, tal y como lo dijo, o el discurso del sueño se celebra por doquier, y es lamentable tener que celebrarlo, pero más lamentable es que sea solamente un sueño. Se llenan de solemnidad las viejas glorias negratas luchadoras ellas de los viejos sueños empolvados y reivindican la igualdad entre blancos y negros, la dama de la televisión, maestra de ceremonias y dominadora de las masas y de las minorías desfavorecidas de América, sube al estrado acompañada de un esclavo con un paraguas guareciéndola de la lluvia o el sol, valga la paradoja, pues ella es negrata pero vive en una mansión, valga la paradoja, se asesina, se sacrifica y después glorificamos. El sueño americano ahora es un chiste, ya que aquellos que lucharon por los derechos civiles presumen ahora de ser parte de la gran nación dueña y referente del mundo esclavizado, la misma hipocresía para Obama o para Mandela, la misma hipocresía unida al orgullo de ser la gran nación redimida, la gran nación de redentores, 50 años de celebración del I have a dream, 500 años tiene en Senegal la puerta del No retorno, yo tengo un sueño hermanos: tengo el sueño escuálido de que el sueño deje de ser un sueño, no pido gran cosa, sólo pido que se extinga el odio, que los años de esclavitud sean una vergüenza, que seamos hombres que cumplen promesas y sueñan con cosas como el sexo onírico. Esto suena a John Lennon, esto suena a Gandhi, esto suena a Ché Guevara, esto suena a Sandino, esto suena a Federico, esto suena a Zapata, esto suena a Frase hecha, esto suena por doquier, está escrito en el cielo o en una barra de hielo, pero suena desde la entraña de la humanidad.