antes poeta que santo

vírgenes y santos

Estoy contento por que por fin acabó la semana sacra, o santa, como prefieran llamarla, pero para mí no tiene nada de especial esta semana, salvo una cosa, que es cuando mi madre agarra 10 días de fiesta como diez soles. Me dan lástima esas mujeres que viven atadas a sus maridos, esos, que para ellos esta semana se vuelven niños buenos y salen en procesión, a otros les da por rezar, pero esas mujeres que sufren con un hombre al lado que las golpea, no las respeta como a cualquier virgen, o algo peor, las obligan a hacer suya esta semana pasada de mierda donde piden perdón aquellos que han pecado, yo no tengo ese problema, por que yo no peco, quizá peque de bueno, pero no de malo, no soy un santo, no pretendo que me beatifiquen, así que duermo en paz con dios y con los míos, quizá haya hecho daño sí, pero sin premeditada maldad, soy parte de una naturaleza, y en toda naturaleza existen catástrofes, la mía a veces es un naufragio, otras un desierto que avanza con un sol pendenciero, pero también gozo de paraísos, incluso de tierras prometidas, de algún Maná de vez en cuando, del pan de cada día, y de buen vino, que dicen que es la sangre del señor. O sea, que no todos los días son una ruina, hay días especiales, días en que todo vuelve a su lugar después que un huracán arrase con el orden y el simulacro de rutina, o zona de confort, que es como a mí me gusta estar. Sí, pero vendrá agosto, ese mes suele ser aún peor que la semana santa, y dura un mes, odio la playa, no me gustan las piscinas, a mí del verano me gusta su noche, la noche del verano es donde yo estaría de por vida, pero es preferible afrontar la relatividad del tiempo a quedarnos como estatuas y con climas perpetuos que aburren y hacen más rutina aún, y esa no parece simulacro, esa es perenne como las bolas esas de agua que algunas tienen piedritas blancas simulando nieve, otras tienen peces simulando el mar, hoy me gusta la vida mucho más que la semana pasada, seguro vendrán otros días mejores, y seguro también volverá el naufragio, la naturaleza manda. Creo en mi propio Dios, mi Dios doméstico y no domesticado, como suelo decir, y creo en mis propias vírgenes también, que son: María Lionza, la Virgen del Cobre, la Virgen de Regla, la Esperanza (Macarena), el Cachorro de Triana, y con esto que digo no quiero que piensen que me contradigo, simplemente son santos de mi santuario particular. Santuario que como un torero yo respeto pero sin ser demasiado beato, el mayor honor que se le hace a Dios es ser amigo de tus amigos, prefiero eso antes que ir de santurrón por la vida, ahí va eso.

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